Las personas.
Hoy, en principio, me ha parecido una buena idea ver como tratan los medios el hecho de que la UCO haya encontrado “cero mensajes” en el móvil del fiscal Álvaro García Ortiz, así que he hecho acopio de los titulares de medios de una y otra tendencia, como se imaginaran, hay opiniones para todos los gustos desde una falta de pruebas que exonera hasta aquel que afirma que la falta de pruebas es un borrado y que éste es prueba suficiente. Pero no es el caso. En las páginas de opinión de Público.es me he encontrado con el titular “No deshumaneceis a los sirios”, lo escribe Leila Nachawati, que se presenta como escritora y profesora de comunicación especialista en Oriente Próximo, y no tengo muy claro la idea que desarrolla, me parece entender que la autora piensa que la inquietud generada por la nueva situación Siria no debe ser analizada como la de una partida en clave geopolítica, juzga por tanto pernicioso plantearse si Siria va a ir a mejor o peor con el nuevo gobierno. Todo porque, según ella, al pensar en Siria nos olvidamos de los sirios. Esclarece bastante lo que quiere decir la autora cuando hace referencia a otro artículo en el mismo medio titulado “Tras tus mapitas hay personas” de Israel Merino, Público.es lo presenta como reportero y columnista en Cultura, Política, Nacional y Opinión (sic), este artículo es una crítica al análisis geopolítico y a los analistas. Según ambos autores la deshumanización es no querer saber de, o no considerar a, las personas involucradas.
Asegura doña Leila que el pueblo sirio de ha alzado contra un dictador que sostenía un régimen de cincuenta años y se escandaliza de que un analista, experto o supuesto, se plantee si lo que va a venir pueda resultar peor. En la vida y en la sociedad hay un constante enfrentamiento entre lo que debería ser y lo que es. Indudablemente lo que debería ser en Siria es una sociedad que elija un gobierno que le haga prosperar y ser felices, pero es un mosaico de intereses en que se está pactando un gobierno sin contar con la sociedad siria. Ante esta situación entiendo que los gobiernos de otros países se adapten a la situación en clave a sus intereses. Me atrevería a decir que hay por lo menos tres gobiernos que adaptan la situación a sus intereses. Si eso es deshumanizar a los sirios, también lo es deshumanizar a iraníes, israelíes y turcos; pero también se deshumaniza a musulmanes, kurdos, drusos y cristianos. Indudablemente, siempre hay personas, atender a cada una de sus circunstancias resulta tan imposible como satisfacerlas a todas.
El caso es que estoy de acuerdo con ambos, la visión de un mapa del mundo, nos invita a ver países pero no personas. El paisaje nos describe un entorno pero no a las personas que lo habitan. Y cuando hablamos de Siria nos olvidamos de los sirios. Hay veces que convencidos de que nuestros principios son buenos, intentamos imponerlos y nos olvidamos de las personas en el convencimiento de nuestra causa. De mi experiencia en Afganistán llegué a la conclusión de que muchas mujeres afganas (no sé si serían mayoría o no) no querían quitarse el burka, pero muy pocas querían ir en bikini y descubiertas. Las propias mujeres, las personas, habrían acabado con tal pretensión. No han sido los afganos los que han apoyado la presencia de fuerzas extranjeras en su territorio, pero tampoco han apoyado a los talibanes, no ha habido un alzamiento contra unos u otros. El afgano medio ha preferido ser pasivo y adaptarse o soportar la situación, cualquier actividad podía ser interpretada como tomar partido y ello traería consecuencias. La mayoría de las personas son testigo de los acontecimientos, un espectador pasivo, me atrevería a decir que son una masa deshumanizada, son las personas la que se convierten en chusma y es la chusma la que hace perder el libre albedrío de cada uno. La masa formada por muchos es capaz de perpetrar barbaridades que una persona, por sí sola, no haría. Una persona asesina, pero un tumulto lincha.
Pero la siguiente cuestión a plantearse es si sólo son los sirios los deshumanizados. No nos planteamos, por ejemplo, que también estamos deshumanizando a los venezolanos, sobre todo tras unas elecciones en las que no se han publicado las actas que demuestren la victoria del que se ha proclamado vencedor. Ya en un plano más local, las personas adquieren especial relevancia cada ciertos periodos, los electorales, en este caso una persona es un voto y los votos son números para el marcador de un partido. Muy humano eso de transformar personas en números. No sólo hay deshumanización en Siria
1 comentario:
Un artículo muy interesante. Un beso
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