El sorteo.
Fuente: Biblioteca Nacional de España. Biblioteca digital hispánica
Es un clásico, las vacaciones de Navidad empiezan con el sorteo. Actualmente da la impresión de que las navidades empiezan antes, con el alumbrado de las calles, con los mercadillos, o con el viernes negro ya puestos, que sería dar relevancia al Día de acción de gracias, puestos a copiar costumbres americanas (del norte). Comercialmente, al recoger los adornos de la noche de difuntos (Halloween) empieza a prepararse el engalanamiento navideño. Pero el sorteo de Navidad supone el comienzo oficial de las navidades, una confirmación de que ya estamos en fiestas.
Podríamos decir que recibe cierto respaldo casi oficial, todos los medios dedican sus portadas al sorteo y al gordo, se hace un seguimiento del número agraciado, se informa de dónde se ha vendido y a quién le ha caído cuando es posible. Un vistazo al pasado nos hace conscientes de lo mucho que han cambiado las cosas que siguen igual, diferentes formas para una ceremonia bicentenaria.
Pero se conservan las costumbres. El sorteo se celebraba con dos bombos, el de números y el de premios, a la antigua usanza. Es una ceremonia larga que dura casi toda una mañana, un sorteo normal no excede de los treinta minutos, nadie se queja y el público asiste, e incluso participa, a una función consistente en que unos niños cantan monótonamente una retahíla de números con su consiguiente premio. Monotonía que se rompe cuando el premio es significativo y que se celebra cuando es el gordo. El premio tampoco es muy grande si se compara con lo que puede tocar en una primitiva o en otros sorteos. Pero se celebra más. No acompaña la misma alegría el bote de la primitiva que un premio gordo de Navidad.
Sorprende que la tradición haya arraigado al punto que, aunque haya partidarios de denominar a la Navidad con alusiones paganas - “Fiestas del Solsticio de Invierno” - El sorteo sigue siendo extraordinario y de Navidad. Esperemos que siga así otro par de siglos.
1 comentario:
Es verdad. Es una tradición. Un beso
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