27 diciembre 2024

CRÓNICAS NAVIDEÑAS (VI)

El género navideño.


El tinglado que se monta para las fiestas navideñas se fabrica con muchos tópicos. Son estos tópicos los únicos que motivan que sepamos diferenciar esta celebración de los carnavales o las fiestas patronales. Cada una tiene sus tópicos. Si el carnaval tiene sus tópicos en el individualismo de un disfraz, las navidades (que no la Navidad) crea unos tópicos uniformadores que nos acabamos creyendo, muchas veces creados por el cine e, incluso, la publicidad. Respecto al cine y la televisión, podríamos hablar de un género navideño. Y de los tópicos deriva lo típico. Lo típico nos lleva a pensar que mantenemos tradiciones milenarias cuando son tipismos que muy pocos pasan de los cien años.

Pues qué navidades hay sin el anuncio de Coca Cola o el de la lotería de Navidad, no serían navidades sin ese anuncio y, posiblemente, el sorteo no sería lo mismo. El anuncio de Freixenet, tan típico antes, ha dado paso al de Campofrío, que consiste generalmente en una pequeña historia que a mi me suele gustar. No podemos olvidar tampoco los programas especiales de Navidad y Año Nuevo, así como las campanadas. Ver la evolución de estos programas, y anuncios, es constatar la existencia de un género navideño en el cine y la televisión. Se ve complementado este género por una moda en el vestir, consistente en enfundarse un jersey de color chillón lo más estrafalario y hortera posible, esta moda es de hace pocos años.

El cine nos ha trasladado la idea de que las navidades deben ser blancas, como si unas navidades sin nieve fuese menos Navidad. Pero la realidad nos demuestra que la nieve es escasa y al sur del ecuador es verano. Las películas de tema navideño proliferan en las redes de streaming y en las cadenas de televisión convencionales, siempre hay hueco para una reposición de “¡Qué bello es vivir!”, excelente película, o el estreno de una nueva versión de “Feliz Navidad mister Scrooge” - el cuento de Navidad por antonomasia, aunque Dickens escribió otros - o una nueva versión de “El Grinch”. Algunas series tienen un episodio especial navideño, “La Navidad de los Simpson” o el especial Navidad de “El doctor Who”. Son los mejores ejemplos de un género navideño en el que las vidas se enmiendan por Navidad, nos hacemos mejores y nos unimos más; y así nos sobreponemos a desgracias y solucionamos problemas que resultan no ser tan graves. No hay que despreciarlo, de estos tópicos han salido clásicos difíciles de olvidar, en mi opinión “Encarna, empanadillas y Móstoles” van unidos a una generación.


El género navideño hace referencia a la celebración de la Navidad pero no a su significado ni al motivo de la celebración. Es más, hay veces que la Navidad se intuye, pero no se hace referencia a ella, vean si no el anuncio de Campofrío. Y se intuye, fundamentalmente, por nostalgia. Por una evocación que provoca una tristeza que puede transformase en alegría. Es la Navidad, pero no nos recuerda que es el principio de una vida que va a terminar trágicamente en una cruz.

Pero creo que lo fundamental que celebrar con alegría no es sólo el nacimiento de un niño, sino de una esperanza. En fin, que me desvio hacia paparruchas.


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