Luces
Con las fiestas las localidades se adornan. No podría ser menos en Navidad. El alumbrado adquiere un significado especial. Las localidades se ponen festivas, el tenebroso decorado de la Haloween, da paso al colorido y caleidoscópico montaje de la Navidad. Las luces colorean las noches de las fiestas. Pero tenemos que admitir que esas luces despersonalizan las ciudades, tal derroche de luz nos confunde, no sabemos si estamos en nuestra ciudad o en Las Vegas, no sabemos si visitamos la casa de un amigo, un casino, o un club de alterne que también se ilumina con diferentes colores.
La iluminación festiva también nos confunde temporalmente, podemos estar celebrando tanto la Navidad como las Fiestas Patronales. La iluminación es parte del tinglado navideño, un reclamo más para que los ciudadanos contemplen los escaparates, para que visitando los barrios adornados consuman, nuestra vida empieza en estas fiestas a desarrollarse en algo parecido a una feria.
Las luces también ejercen un poder hipnótico, nos recuerdan constantemente que estamos de celebración y nos olvidamos de qué celebramos y de su significado. Las luces son parte de un ambiente que invita a la alegría, pero no tanto a la ilusión. La ilusión es parte del esfuerzo de las personas, y en estas fechas sólo los niños aportan la ilusión necesaria para hacerlas festivas. Los mayores deambulan agobiados por la necesidad de comprar y guiados por las modas establecidas para celebrar estas fiestas. Las luces en Navidad no tienen la guía que da un faro, más bien la confusión de un canto de sirena.
1 comentario:
Así es: no sabemos si estamos en nuestra ciudad o en Las Vegas, si estamos en feria o en navidad.
En mi ciudad he visto montar las luces de navidad antes de los Santos. Cada año empiezan antes. Pronto empezarán en agosto!
Detesto esa competición entre algunas ciudades para poner más bombillas. Creo que la Navidad es otra cosa...
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