14 diciembre 2024

 Panorama social.

Fuente: El periódico de España

Hoy los medios se despachan con la Conferencia de Presidentes de Comunidades Autónomas celebrada ayer. Parece que lo que pasa en Siria entra ya dentro de la normalidad y ha dejado de ser noticia. ElDebate.com en un artículo que firma Ana Martín nos informa que “Sánchez boicotea la Conferencia de Presidentes desde dentro ante la mayoría del PP”. La editorial de elmundo.es nos habla de “Un modelo de financiación que ni es federal ni es solidario”. En larazón.es Francisco Marhuenda se pregunta si “¿Sánchez podrá comprar a las autonomías?”, mientras el editorial pronostica que “Sánchez se encarga de que pactar sea imposible”. En ElPaís.com podemos leer el titular de un artículo  de Carlos.E. Cué y Elsa García de Blas que nos informan que “Sánchez y los barones del PP escenifican una minitregua política pero sin ningún acuerdo en la conferencia de presidentes”. En Elplural.com Javier Pardo nos habla de “Todos los anuncios, inversiones y reclamaciones de Moncloa a los presidentes autonómicos en la cumbre de Santander” a la vez que L.A. concluye con un “Desacuerdo y bloqueo: el balance una ineficaz Conferencia de Presidentes”. Amanda García en Público.es nos dice que “Sánchez rompe el frente común del PP en la Conferencia de Presidentes con la condonación de la deuda”. Podemos buscar el mismo tema en otros medios pero la conclusión siempre es la misma. Diferentes titulares para la misma noticia y diferentes opiniones sobre para el mismo resultado: no hay acuerdo.

De nuevo el qué (no hay acuerdo) queda subordinado a la defensa o ataque al quién (Pedro Sánchez). No había posibilidad de acuerdo y nadie estaba dispuesto a intentarlo. No ha sido una conferencia preparada, de esas que ya se ha discutido todo con anterioridad entre bastidores y sólo se escenifica un acuerdo. A diferencia de los esfuerzos que se están haciendo para sacar unos presupuestos, aplazamientos tras reuniones y reuniones tras aplazamientos demuestran una voluntad negociadora. A la cumbre han asistido los convocados sin una idea clara más allá de los temas que se iban a tratar, pero sin propuestas para debatir. Y de una reunión que parece improvisada y sin otro objetivo que cubrir el expediente no podemos esperar nada nuevo. Podrán decir unos y otros lo positivo y negativo de esta cumbre, incluso analizarla en clave de quién ha ganado o quién ha perdido. Pero todos olvidan al perdedor de siempre: nuestra sociedad y los ciudadanos que la forman.

Hace tiempo que escribí un artículo titulado “cambalache” en el que hacía referencia al tango con el mismo título. Hoy me da la impresión en la Conferencia de Presidentes ha consistido en un intento de cambalache en la que lo que se regateaba era como va a pagar la sociedad la deuda que han contraído sus representantes. Ninguno de ellos cae en la cuenta de que nuestros hijos ya viven peor que nosotros y que su futuro es más oscuro que el que teníamos nosotros y lo que se ofrece, lo que se exige, lo que se discute y lo que, de momento, no se acuerda son nuestras aportaciones, los impuestos que acabaremos pagando nosotros. En cuanto a trato y a educación a las personas que formamos la sociedad nos tratan en concordancia con los últimos versos de la canción, un triste concepto de tratarnos con igualdad: 

El que no llora no mama
y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno
nos vamo a encontrar!
¡No pienses más,
sentate a un lao,
que a nadie importa
si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley...

No nos debe extrañar que la conferencia se haya celebrado al amparo del retiro que da el Palacio de la Magdalena, de haberse celebrado en un lugar más céntrico y accesible nadie se habría salvado de los abucheos.
 

1 comentario:

Trecce dijo...

Esto de la condonación de la deuda me hace "gracia". Es otro de esos eufemismos que suelen emplear lo políticos para no decir la verdad. La deuda no se condona, no se borra con una goma como un dibujo defectuoso. La deuda sigue ahí y alguien tiene que pagarla, si a mí me la han condonado, quiere decir que otro la va a pagar, sea en forma de menos inversiones o traspasándola a generaciones futuras.