22 mayo 2025

EL DISEÑO SOCIAL IV

El diseño social IV. 

El control de la sociedad.

 


Siempre que nos proponemos un objetivo es para lograr algo. Ya sea altruista o interesado. Entraríamos en una mecánica que los filósofos llevan siglos queriendo explicar, han dado múltiples respuestas, muchas acertadas pero no suficientes. ¿porqué ansía el poder un personaje?¿porqué una nación quiere la hegemonía? ¿por qué se esta dispuesto a luchar por ello? Como ya hemos dicho no hay una respuesta. Los estudiosos ahora se limitan a describir el equilibrio del poder, a explicar por qué una nación actúa de una forma o de otra y se atreven a pronosticar un futuro. Todo en clave de poder. De la misma forma cuando se hace un análisis sobre la política se hace en clave de poder, últimamente asistimos a múltiples artículos que informan directamente que el presidente se afianza o debilita. Las noticias publicadas, en realidad, influyen muy poco en nuestro día a día. Parece que en sí desvían la atención de nuestros problemas. La acción directora sobre la sociedad ya se ha ejercido y las “noticias de interés” parece que no tienen más objetivo que distraer en unos casos o canalizar nuestro posible descontento.

Los que promueven el diseño de una sociedad necesitan controlarla por dos motivos. El primero para ajustarla en el modelo deseado, el segundo para comprobar si se está amoldando y la eficacia de las medidas adoptadas. Lo que comenzó siendo vigilancia es ahora control. El control establece obligaciones mientras que la vigilancia no lo hace. Un cámara de seguridad le graba dónde está, un control de seguridad le obliga a acceder por un lugar determinado. De esta forma lo que comienza siendo una opción voluntaria, termina siendo una obligación admitida de buen grado. Por ejemplo, el carnet de identidad, que ha pasado de ser una acreditación a ser un elemento obligatorio para la mayoría de las actividades y contratos. Indispensable para comunicarse con las instituciones es un documento que les facilita la información del ciudadano y sus actividades.

El primer elemento de control de las instituciones sobre la sociedad es la burocracia. Cualquier actividad está sujeta a un trámite burocrático más o menos extenso o complejo. Desde el ticket de compra a la solicitud de una indemnización o a la declaración de hacienda. Son diferentes formas de control sobre las empresas, organizaciones o personas.

Las subvenciones son, por otra parte, medidas de dirección una forma de dirigir las actividades y los comportamientos hacia el modelo de sociedad deseado. Como resulta imposible subvencionar todo hay que acudir a otras medidas, fundamentalmente emocionales, vuelve a intervenir el uso de las palabras concretas. La sociedad es temerosa por sí y se mostrará más dispuesta y dócil a la actuación frente a “una emergencia climática” que frente a un “cambio climático”, cuestión de emociones y miedo.

La tecnología brinda nuevas formas de control. Como nos indica en El Debate Gonzalo Figar, “El fin del efectivo será el fin de la libertad” , el dinero digital será otra forma de control y apunta a que se pueda ejercer con él la dirección. La primera consecuencia es que el uso de las tarjetas de crédito dejará de ser una opción para ser una obligación. Por otra parte el estado verá aumentada su capacidad de control sobre las instituciones bancarias y, todavía más chocante, se estará utilizando un dinero virtual al que se le puede poner condiciones. El concepto de libertad, como las normas, va cambiando. Las posibilidades de control y dirección que ofrece el dinero virtual son múltiples. Y no les quepa duda, lo que empezará como vigilancia terminará como control, aun cuando nos arguyan que ganamos en comodidad.

También hay un control moral, en una sociedad en la que existe la libertad de expresión la mejor forma de limitarla es primando la opinión sobre la información. Pocas veces dan los dirigentes información y muchas opinión, menos veces responden a lo que se le pregunta. El recurso al odio, al racismo y a otros perjuicios hacen que lo “políticamente correcto” sea una forma de censura y autocensura. El anonimato en las redes facilita que se pueda decir cualquier cosa ya sea a favor o en contra de cualquier idea, pero siempre existe la tendencia de matar al mensajero, desacreditar al que lo dice pero no rebatir lo que dice.

Disfrutando de derechos y de un grado de libertad que nunca hemos tenido resulta que vamos a estar más controlados que nunca. Y el control, como hemos dicho es una forma de sometimiento.          

4 comentarios:

Susana Moreno dijo...

Muy cierto. Pero la gente no se da cuenta. Un beso

LUFERURA dijo...

Yo creo que si se da cuenta, pero se resigna a su impotencia.
Un saludo.

El Último de Filipinas dijo...

Acabaremos viendo mendigos con datáfonos para poder recibir una limosna.

Trecce dijo...

Nos van teniendo donde quieren tenernos, absolutamente controlados.