Monarquía.
Hay escritores y periodistas de los que disfruto sus artículos y libros, me pareen interesantes y, en muchas ocasiones, divertidos. Debo admitir que me provocan sana envidia, me gustaría expresarme tan bien como ellos. Nieves Concostrina es una de este grupo, me gusta lo que que escribe y discrepo de muchas cosas que dice tan bien. El espacio de radio “Polvo eres” es el único programa que he seguido en este medio. Me parecía una aproximación a la historia muy interesante y divertida. Creo que doña Nieves comete el error de ir añadiendo a la experiencia y madurez artística la inclusión de su opinión política en su obra, por lo que muchas veces un libro prometedor pierde fuerza por su anexo propagandístico. Pero, con no hacer caso de estos detalles, vale la pena leerlo y aprender. No tengo clara, aunque me imagino, su tendencia política pero no hay dudas acerca de su republicanismo, más bien anti-monarquismo y, sobre todo, su odio a los borbones. Viene esto en relación a que hoy la periodista anuncia el comienzo de su colaboración con el diario digital Publico en un artículo que titula “No le digas a nadie que soy periodista” en una sección que se llama Borbolandia, está por definirse la sección aunque parece que va a consistir en un juicio crítico a la monarquía y a los borbones.
No sirve culpar a los borbones de nuestras desgracias ni atribuirle nuestras venturas. La monarquía, hoy por hoy, no es garantía de nada que sea una forma de gobierno establecida y votada con la constitución. A los republicanos se les llena la boca de república pero omiten su apellido, no sabemos qué tipo de república quieren, si parlamentaria a la italiana, si democrática como la antigua alemana o la congoleña, o popular vease la de Corea del Norte, o bien presidencialista como la norteamericana o la francesa. Puestos a elegir me quedo con una monarquía española antes que con una república como la coreana, que es lo más parecido a una monarquía absoluta y hereditaria. Alegan los republicanos que el rey es un jefe de estado no elegido y no votado, creo que algo parecido pasa con los presidentes norcoreano y chino (claro que para qué votar si van a ser elegidos) , Hay cosas que no se eligen, que le digan a Echenique si votó democráticamente que su padre o su madre le engendraran o si ellos votaron por tener a ese hijo.
La verdad es que, en España, nuestras experiencias republicanas acabaron mal sin que la mornarquía, los borbones, hiciese un gran esfuerzo por derrocarlas. La primera república no duró un año y se saldó en fracaso, la segunda fue fracasando hasta colapsar en una guerra civil, hay historiadores que defienden que la alternativa era una revolución, pero la historia es la que es y, aunque me creo lo de la revolución hay que demostrarlo. El caso es que las repúblicas quisieron reformar mucho y muy deprisa y acabaron como un elefante en una cacharreria, los presidentes de las repúblicas acabron siendo tan irrelevantes como el rey. Era su papel.
Siguiendo en el caso español los tres últimos presidentes del gobierno no han sido buenos, podrá ser discutible cuál ha sido el peor, si Zapatero, si Rajoy o si Pedro Sánchez y cuál ha sido el que más daño ha hecho, pero ninguno ha sido bueno ni su proceder ejemplar. Creo que tanto Juan Carlos como Felipe han estado mejor en su papel que los presidentes en el suyo. Pero hay juicios, que no deben basarse en las opiniones de políticos, sino en los hechos. La historia arroja saldos nefastos, como el de Fernando VII y otros buenos, como pueder ser el de Carlos III. Hay otros que hay que estudiar y del que cada uno sacará sus propias conclusiones, como el de Alfonso XIII, en cuyo reinado se desarrolló culturalmente la mal llamada edad de plata (generaciones del 98 y del 27, además del modernismo español) y mejoró la economía, por contra su intervencionismo y aquiescencia con la dictadura de Primo de Ribera. No todo ha sido malo, no todo ha sido bueno. Hay sucesos inevitables, una hipotética república no habría evitado los desastres del 98 ni el de Annual. Creo que es una equivocación basar las esperanzas en la república en posibles, que es lo que hace doña Nieves cuando afirma que “Estoy convencida de que si los ciudadanos de este país hubieran sido debidamente informados sobre los abusos cometidos y las mentiras que nos han trasladado los miembros de esta dinastía y su cómplice eclasiástica en el último siglo y medio, España sería un país progresista, republicano y laico y con una sana separación Iglesia-Estado”. Puede que si, puede que no. No hace falta recordar que Hitler fue elevado por las urnas en una república que transformó en imperio (reich) y que su conducta en sociedad fue ejemplar. La república tampoco es garantía de nada. Lo que muchos interpretan como fin es, en sus prácticas, un medio. Así que cuidado con los cantos de sirena. Nada es gratis y el paraíso prometido, ya sea en la tierra o en el cielo, hay que currárselo.
Acusa doña Nieves a los periodistas de haber guardado un silencio cómplice con los devaneos del rey, como si fuera una novedad que los reyes tengan sus deslices amorosos, la historia nos enseña que es más difícil encontrar a uno que no los tenga, lo mismo sucede, por cierto, con muchos presidentes de república y dirigentes políticos. Es prensa rosa y si no se convocan nuevas elecciones por infidelidades y puteríos, es absurdo exigir abdicaciones por lo mismo. Pero, como siempre, aunque insistimos que el rey es un hombre le medios con una vara diferente a la de los demás. Particularmente creo que el anunciar un flirteo de Juan Carlos debería de tener el mismo efecto que el que un premio Nobel reciba el premio habiendo dejado plantada a su mujer con el traje de gala asistiendo con su querida. Prensa rosa, como ya he dicho.
No dudo que los artículos de la sección borbolandia serán interesantes, que será bonito leerlos y tendrán tanta calidad que seguramente sean reflejados en un libro. Pero también me creo que habrá un deje propagandístico y que en su lectura será necesario diferenciar información de opinión sabiendo que nos está contando defectos y omitiendo virtudes.
1 comentario:
Una persona que se defiene en contra de algo, ya no da mucha confianza. Un beso
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