12 mayo 2025

EL PASTORCILLO MENTIROSO

 El pastorcillo mentiroso 

(Parábola I)


Me creo que conocerán el cuento del pastorcillo mentiroso. Algunos le llaman fábula, pero en las fábulas hablan los animales y en este cuento habla un pastor. El cuento era de un pastorcillo, niñato él, que cuidando a las ovejas gritaba ¡que viene el lobo! Los habitantes del pueblo iban alarmados a defender el rebaño y descubrieron que era una broma. Al día siguiente el pastor gastó la misma broma. Pero al tercer día apareció el lobo y cuando el pastor dio la voz de alarma todos pensaron que era otra broma y el pastor se quedó sin rebaño. Seguei Prokokiev compuso un cuento musical que se llamaba “Pedro y el lobo”, una preciosa y original melodía que fue llevada al cine por Disney cuando era Disney. Hace poco los investigadores del CIS de Tezanos se han visto obligados a ocultar el resultado de una encuesta en que un 99,9 % de veinte mil entrevistados creían que el pastocillo mentiroso respondía al nombre de Pedro, el 0,1 % restante respondió Perico, pero no se consideró serio. Y es que en los archivos de la Biblioteca Nacional se ha encontrado un manuscrito de fecha indefinida que narra la continuación del cuento, que dice algo así.

El pastorcillo, desterrado, decidió titularse como pastor. Tardó dos años en hacerlo y parece que copió en los exámenes, también se hizo muy amigo de sus profesores para que no le pusiesen muchas pegas cuando hiciese trampas. Con su título de pastor llegó de nuevo al pueblo y explicó a los paisanos que ya se había corregido y que era un experto en la materia, para demostrarlo mostró dos libros que, aunque firmó él, se los habían escrito. Los honestos paisanos creyeron en su palabra y pensaron que ya había aprendido el oficio de pastor, así que le dieron el trabajo y le confiaron su rebaño.

No tardó el pastorcillo, basándose en su presunto conocimiento, en querer convencer a los paisanos que el lobo no era el peligro para el rebaño, sino el que incitaba al lobo para atacar a las ovejas. Para ello lo mejor era permitir al lobo vivir entre las ovejas y luchas contra el que le enviaba. Cuando un paisano le preguntó ¿Y quién manda al lobo? El pastorcillo respondió “La derecha”. Y para combatir a la derecha el pastorcillo organizó la vida de los ciudadanos, les dijo qué podían comer y qué no, puso condiciones a su trabajo y colocó a sus amigos organizando las actividades del pueblo. Los paisanos, confiados, acataron de buen grado todas las disposiciones, se trataba de defender el rebaño que era su riqueza.

Pero el lobo entre las ovejas hizo lo que hacen los lobos: comerse a las ovejas. Cuando los ciudadanos vieron que el rebaño mermaba y que, aunque la derecha estaba controlada, el lobo se seguía comiendo las ovejas. El pastorcillo les dijo que de alguna manera había que alimentar al lobo, de forma que los lugareños tenían que ceder parte de su rebaño para preservar al resto, ya que no estaba bien matar al lobo o expulsarle. Cuando otro paisano le dijo que parecía que él había metido el lobo y no la derecha, su respuesta fue acusarle de mentiroso y que, en realidad, más que la derecha los que enviaban al lobo eran los fascistas que pensaban que él, pobre pastor, estaba interesado en guardar el rebaño. Añadió además que él pensaba en el bien del rebaño, del pueblo y también, por supuesto, del lobo. De esta forma los habitantes del pueblo se acostumbraron a que el lobo siguiese merendándose a sus ovejas.     

Un poco más tarde descubrieron que, además del lobo, la novia, el hermano y algunos de los amigos del pastorcillo también se comían a sus ovejas. Así le acusaron al pastorcillo que respondió que estaba enamorado y que no soportaba esos infundios, que enrealidad al lobo no le mandaba la derecha, ni los fascistas. Añadió que, en realidad, nadie mandaba al lobo y que éste era inocente, los que comían y mataban a las ovejas eran los ultras. Llamó a tres de sus amigos y les dijo que controlasen a los que decían tales infundios, a la vez que encargó a otros amigos que se dedicasen a convencer a los vecinos de lo bien que lo estaba haciendo. La gente del pueblo empezó a adelgazar, el pastorcillo, su novia, su hermano y sus amigos engordaban y ya nadie cuidaba el rebaño.

No tardó en desaparecer el rebaño y los paisanos se vieron obligados a abandonar el pueblo, que desapareció y quedó sumido en el olvido. El pastorcillo, su novia y sus amigos fueron a otro pueblo diciendo que habían conseguido expulsar del pueblo a la derecha, los fascistas y los ultras y que los que quedaban habían aprendido a vivir pacíficamente con el lobo. Los habitantes del nuevo pueblo, antes de contratarle, le preguntaron ¿cómo te llamas?

Si usted encuentra semejanza entre este cuento con la realidad en algún punto del mundo no es mera coincidencia.

1 comentario:

Susana Moreno dijo...

Una historia estupenda. Cualquier parecido con la realidad es un bulo de la derecha. Un beso