Dos de mayo. ¿Qué celebrar?
El dos de mayo es el día de la Comunidad de Madrid, se celebra un levantamiento popular contra la presencia de los franceses en la ciudad y para evitar el traslado de la familia real a Bayona. Un levantamiento de la gente más humilde que no sabemos si fue espontáneo o conspirado. Hoy se celebra porque un bando determinado ganó la Guerra de la Independencia, que podría traducirse en un enfrentamiento entre una élite afrancesada y una sociedad más bien tradicional. Los grandes héroes de la efeméride fueron tratados de villanos tras sofocar la algarada.
La Guerra de la Independencia se ha querido contemplar como una evolución española, que no revolución, hacia las propuestas ilustradas que desembocaron en la Revolución Francesa. Un proceso en el que coincidían José I y las Cortes de Cádiz para llegar a un modelo ilustrado de nación. Gafas diferentes para la misma miopía. De forma que el dos de mayo, más que una reivindicación social es una afirmación de la soberanía. Los españoles confirman su fidelidad a un rey que los engañará durante y después de la guerra. En definitiva, el pueblo se hace cargo de la soberanía ante la ausencia del Rey. Creo que ése fue el gran error de Napoleón en España, estimar suficiente cambiar un rey por otro. Había servido en otros reinos, Suecia o Nápoles por ejemplo, pero esta maniobra no funcionó en España.
Ya señalamos anteriormente que Daoiz y Velarde se ven obligados a elegir entre la obediencia a las órdenes recibidas y lo que los ciudadanos demandan como su deber. Ante esta decisión los oficiales de los Ejércitos del Rey pasan a ser capitanes del Ejército Español. Repentinamente los súbditos del rey pasan a ser ciudadanos españoles. El Hispanorum Rex (Rey de las Españas) comienza a ser Rey de España. Empezamos a ser una nación (algunos incalificables dicen que discutida y discutible) además de un reino.
No sólo eso, tras los sucesos de Madrid, Andrés Torrejón, alcalde de Móstoles, avisa a toda España del estado de guerra con Francia, un ciudadano asume una de las funciones que de siempre, incluso actualmente, ha correspondido al rey: declarar la guerra. Clara constatación de que el soberano comparte la soberanía.
No obstante, también hay inconvenientes, el vacío de autoridad que deja el Rey es ocupado por las varias juntas que se establecen y que serán incapaces de coordinar entre ellas. Uno de nuestros defectos, la fragmentación, también se hace patente con el nacimiento de la nación. Esta fragmentación, paradójicamente, tuvo su beneficio: la derrota de una no significaba la derrota de todas, ello impidió que durante la Guerra de la Independencia hubiese una batalla decisiva que significase la caída de toda España.
Vemos que el dos de mayo es una fecha en que hay muchas cosas que celebrar, que afectan no sólo a Madrid, sino a toda España e instituciones. Hecho el repaso de lo que se celebra podemos ver cómo lo celebramos. Como es lógico separados por culpa de unos dirigentes que hacen una política de enfrentamiento. Que toda actividad o afición acaba siendo una opción política. Si vas a los toros eres un fascista y si eres progresista no te pueden gustar los toros. Si eres catalán tampoco por eso de la fiesta nacional. Si tienes casa eres un propietario capitalista y si no la tienes se concede el derecho a usurpar una vivienda. Una España enfrentada, que no polarizada, con unos dirigentes con cara de perro atentos al más mínimo desliz del contrario para echárselo en cara (claro que un apagón nacional no es un mínimo desliz). La culpabilidad es secundaria, la responsabilidad es de todos, pero en nuestro ambiente político resulta más importante dar con un culpable que ser responsable.
En fin, un día en que hay mucho que celebrar y se celebra malamente.
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