25 mayo 2025

POLARIZACIÓN

 Polarización.


La vida entre negacionistas, ultra y radikales amenaza nuestra convivencia. Si admitimos que hay negacionistas tendremos que reconocer que hay algo parecido al afirmacionismo. Que al referirnos a un ultra nos referimos a un extremista de cualquier idea. Y que un radikal es lo más opuesto a un radical por su inmovilismo intelectual. Cuando se tacha a una persona por lo que ha dicho con cualquier calificación no se está rebatiendo lo que ha dicho, simplemente se pretende matar al mensajero. Pocos señalan esta circunstancia. La reacción es un intento de crear un mártir, victimizarse, y así aumentar la adhesión y volumen de la militancia. No se atiende a razones, se recurre a emociones. Entramos en una dinámica en que el debate es discusión y los argumentos insultos.

La necesidad de militancia está creando unos compromisos incoherentes. Nuestra civilización está alcanzado las cotas del absurdo:
- El ansia por captar feminismo  y animalismo hace que se defienda, cuando no se fomenta, el aborto a la vez que exige el cuidado más exquisito a las mascotas.
- La necesidad de atraer al entorno LGTBI  y compatibilizarlo con el feminismo provoca que se fomente el divorcio a la vez que se promueve el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y se presiona a las personas para que hagan pública su orientación sexual a la vez que se defiende la privacida de cada uno.
- La competencia por el medio ambiente hace que prime la naturaleza sobre las necesidades humanas. Los fenómenos naturales siempre causarán muertes, con o sin cambio climático, Protegerse de los mismo es fundamental y no puede estar supeditado al medio ambiente, su cuidado no lo solucionará aunque así se pretenda..

La ideología de nuestros dirigentes es una amalgama de ideas y de principios imposibles de conjugar y así obtenemos  privilegios para asegurar la igualdad, concesiones a la diversidad para defender la unidad y un dictado de lo políticamente correcto para garantizar la libertad de expresión.

En nuestra mundo actual a un rival se le puede llamar asesino, pero no gordo, que puede ser delito de odio. No se le puede llamar negro a un negro, ni chino a un chino, ni moro a un moro, siempre habrá un eufemismo como subshahariano (también lo son los afrikaanders), asiático (también los son indúes y árabes) o magrebíes (como pueden ser los oscuros tuaregs). Se puede denunciar la actuación que un rival cometa en un lugar a la vez que elogiar la misma acción si la ejecuta en otro lugar uno de la misma cuerda. La verdad es tan relativa que no importa que sea mentira.

Como le comenté a una amiga la estupidez  es la nueva pandemia y es más grave que la del COVID. 

1 comentario:

Susana Moreno dijo...

Vivimos en un mundo donde hay màs excepciones que reglas. Un beso