El diseño social I
Suelen acusar a los comunistas de aplicar un sistema que no ha funcionado en ningún lado. Lo suelen hacer opinadores políticos de una tendencia política muy determinada. Por contra otros expertos en opinión de la tendencia contraria parecen obstinarse en que la mejor solución a los problemas de una sociedad vienen de la mano del comunismo. No son capaces los primeros de explicar las causas del obstinado fracaso ni son capaces de ver las excepciones, como puede ser China. No son capaces de explicar los segundos qué es lo que falla en países como Cuba o Corea del Norte que no terminan de despegar pese a la acumulación de más de cincuenta años de régimen comunista. Pocos de todos estos se han planteado dónde está la norma si en China o en Corea de Norte. Me atrevo a adelantar una teoría.
Algo que ha sido irresistible para los regímenes comunistas ha sido llevar a cabo la idea de crear el paraíso en la tierra. Pero una condición necesaria para que exista un paraíso es también que exista una sociedad determinada para disfrutarla. No se trata sólo de dotar de infraestructuras y servicios a la nación sino una sociedad que sea capaz de ajustarse a ellos. La idea de crear el paraíso en la tierra lleva consigo la tentación de diseñar una sociedad perfecta según los cánones de los dirigentes (a la vez ideólogos) del partido. La idea de diseñar la sociedad no es exclusiva de los comunistas, muchos dirigentes no han podido resistirse a aplicar diversas ideas filosóficas, desde Platón definiendo a la sociedad estratificada y perfecta, pasando por la Utopía de Tomas Moro. No sólo ha habido comunistas, difícilmente los dictadores se han resistido al intento de diseñar la población, en diferente medidas y con distintos resultados lo hicieron Hitler y Mussolini. No es que haya fracasado tanto el comunismo como el diseño social que propugna.
El modelo de sociedad propuesto es estratificado, según dicte el entendimiento de la igualdad. Siguiendo este criterio la sociedad se articula en un único nivel, sin diferencias, mismos ingresos, servicios y privilegios. El único nivel no consigue un funcionamiento perfecto, ta.mbién implica indiferencia y falta de compromiso, el mismo beneficio para todos también significa el mismo castigo para todos y que lo que es de todos no es de nadie. Estas son las causas de que en la sociedad de un único nivel nadie se preocupe por salvar una cosecha, no va a haber un beneficio y hay muchas probabilidades de que gran parte de la cosecha se pudra porque en los que tienen que encargarse del transporte coincide la misma apatía, que también se traslada a los que tiene que suministrar energía. Los dirigentes, con el fin de animar a los ciudadanos, comienzan a dar privilegios, una forma de estratificar bajo el principio de “unos más iguales que otros”. Se llega a un punto en que el ciudadano normal se encuentra con que los dirigentes (el estado) le ponen muchas dificultades y condiciones en los cambios de nivel.
En una sociedad diseñada y estratificada, por minímamente que sea , el ciudadano se ve limitado, la igualdad no reside tanto en la igualdad de oportunidades como en el comportamiento y beneficio de diferentes servicios, se espera que un ciudadano de un estrato disponga de un acceso a determinados servicios, bienes de consumo y disfrute de un ocio determinado. La estratificación está determinada por los privilegios, mayores cuanto más alto sea el nivel que guarda una estrecha relación con los órganos del poder, cuya principal preocupación es hacer creer a los ciudadanos que viven en el paraíso.
Las personas terminan sin poder atarse a esta sociedad diseñada, las limitaciones son permanentes, la insatisfacción se traduce en apatía y ante el descontento sólo hay dos salidas: abandonar la sociedad o alzarse contra ella. Una de las claves del éxito chino es que está huyendo del diseño social, el partido comunista dirige el país y mantiene los privilegios políticos, pero en el plano económico intenta trasladar la igualdad de oportunidades para los ciudadanos y reconoce que lo que es de cada uno tiene un dueño que no es el Estado.
También el diseño del paraíso en la tierra supone un buen reclamo para justificar el diseño de la sociedad, algo que está pasando en una Europa que no es comunista precisamente.
2 comentarios:
Lo de China ya no funciona. La gente no se conforma con derechos limitados. Y el comercio chino se basaba en empresas extranjeras. Un beso
Al tiempo, nada es perfecto.
Un saludo.
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