PANORAMA INFORMATIVO (XXIII)
Desinformación.
La Real Academia de la Lengua Española define la desinformación con dos acepciones: Dar información manipulada al servicio de ciertos fines y, la segunda, dar información insuficiente u omitirla. O sea, la desinformación no es mentir, es manipular con un fin. Como ya hemos dicho, consiste en influir en la percepción del público. La manipulación de la información tiene muchas formas, incluyendo la propagación del rumor y la creación de bulos en su forma más extrema, pero no siempre es necesario mentir, la mayoría de las veces basta con confundir o engañar con información cierta.. Utilizar lo que se sabe para un fin.
La manipulación de la información comienza con el estereotipo y la generalización. En la generalización está el germen de la desinformación. La generalización consiste en un silogismo mal estructurado, de lo general podemos ir a lo particular, pero de lo particular no se puede ir a lo general. Puedo decir que si Sócrates es un filósofo y que si Sócrates es humano, los filósofos son humanos, pero no que los humanos son filósofos. Si prestamos atención, muchos razonamientos siguen esta estructura. En mi opinión el más representativo es el que llega a la conclusión de que la banca nos debe 60.000 millones de euros. Intentaré explicarme, la banca española durante la legislatura de Zapatero estaba formada por bancos y cajas de ahorro, en las juntas de dirección de los bancos no se ejercía la política, pero si había políticos presentes en la cajas de ahorro y estas, haciéndo política antes que sus deberes, se vieron abocadas a la bancarrota y hubo que acudir a su rescate. Conclusión las cajas de ahorro (con la presencia de muchos políticos) nos deben 60.000 millones, como las cajas de ahorros eran parte de la banca entonces, la banca de hoy, en la que ya no hay cajas de ahorros, nos deben esa cantidad. En realidad, es pretender que los que hicieron bien sus deberes carguen con la deuda que adquirieron los que hicieron mal sus deberes.
Otro recurso de la desinformación es el recurso a publicar, acentuar y exaltar lo positivo o negativo de un programa o una decisión. Se contemplan en este aspecto las energías renovables exaltando la gratuidad de su origen, viento y sol, y el hecho de que no hay emisiones pero pero se olvidan sus limitaciones, sus servidumbres y su impacto ambiental aparte del de las emisiones, nada es perfecto.
Y el último de los recursos es omitir información. Cuando Pedro Sánchez anunció que no iba a haber recortes, “olvidó”. decir lo evidente: que ello implicaba una subida de impuestos. No deben preocupar las derogaciones prometidas por Feijóo, sino las no anunciadas. En este sentido, el anuncio de promesas, compromisos y la omisión de cómo se van a conseguir - la proclamación de los fines, pero el silencio en cuanto a los medios - hacen de los programas electorales un ejercicio de desinformación.
Y hasta ahora no hemos hablado de mentiras, se hará cuando convenga adornar y reforzar los argumentos con un bulo, o recurrir al rumor cuando se trate de causar daño. Decíamos que estamos inmersos en una guerra, que nuestro papel es el de campo de batalla y no el de combatientes, la victoria vendrá dada por la mayor o menor militancia del público con una percepción y que tiene un objetivo: un voto, la compra de un producto, la adhesión a una idea, la adopción de un comportamiento. Nos dice SunTsu en su obra maestra que “el arte de la guerra se basa en el engaño”. Y qué es la desinformación sino engaño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario