El mensaje que se lanza y el que llega.
La verdad es que hoy no he encontrado un tema de actualidad para comentar, está todo muy trillado esta semana y un domingo de asueto se limitaría a contar las actividades de fin de semana de Trump, o a dónde ha ido en Falcon Pedro Sánchez. Y más de lo mismo puede enervar pero no lleva a ninguna parte. Por fin en elpaís.com he encontrado un titular que reza “Sánchez refuerza su poder para enfrentarse a dos años duros”, lo firma Carlos E. Cué y sólo lo pueden leer los suscriptores, el encabezamiento del artículo - Los movimientos en Telefónica, RTVE y las reformas judiciales lanzan un mensaje al mundo económico, judicial y político: el presidente quiere agotar la legislatura y gobernar con todos los resortes del Ejecutivo. Pero la debilidad parlamentaria es cada vez más opresiva- provoca curiosidad por saber lo que desarrollará. Entiendo que un diario decida obtener ingresos de las suscripciones y que los artículos resulten capados al público en general, a lector le corresponde ponderar si vale la pena o no pagar para recibir la opinión desde un punto de vista determinado.
Debo reconocer que la imposibilidad de leer el artículo me ha dado la libertad de juzgar con sólo leer el titular y el encabezamiento. Me puede parecer mal o bien que el presidente quiera agotar la legislatura y quiera compensar esa debilidad parlamentaria gobernando con todos los resortes del Estado (que no del Ejecutivo, en mi opinión). Como no puedo leer si el autor considera este hecho perjudicial o beneficioso, queda a mi libre albedrío interpretarlo y decidirlo. Por otra parte otros medios han denunciado la tendencia a colonizar las instituciones que tiene Sánchez. No me dice don Carlos nada nuevo.
Pero el mensaje está lanzado el presidente está ocupando las instituciones. Algo lógico en un gobierno socialista-comunista que mantiene, por principio, que el Estado debe ser director de instituciones y propietario de empresas. El problema está en que el mensaje que llega es que las instituciones y empresas funcionan a favor del partido que detenta el gobierno y no a favor del Estado. El mensaje que llega es que el gobierno debilita al Estado para fortalecerse.
Y otro mensaje que llega es que los votantes son como los hinchas del fútbol, lo importante es que mi partido gane las elecciones o, como mal menor, que se haga con el gobierno: No se exige que que un gobernante sea correcto o moralmente intachable, basta con que sea del partido al que se ha votado. Y eso nos lleva a justificar sus fallos y faltas.
Pero lo peor del mensaje que llega es que el fin justifica los medios. El equivalente al todo vale.
1 comentario:
Demasiada gente sigue pensando así. Un beso
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