Burocracia.
La burocracia son procedimientos para facilitar el control. Todos ejercemos la burocracia de alguna forma y todos la sufrimos. Los padres ejercemos la burocracia cuando preguntamos a nuestros hijos con quién salen y cuando le ponemos una hora de llegada a casa. Y nuestros hijos tienen que explicarnos las circunstancias que se dan cuando quieren que modifiquemos esa hora. Las tiendas dan a los clientes tickets o facturas que les permiten a unos llevar la contabilidad y a otros reclamar por el producto comprado, sirven para justificar que una persona es un cliente y que ha gastado su dinero en ese local. La burocracia puede ser necesaria pero llega a ser un agobio y un engorro cuando se mezclan la necesidad de control y la complejidad de los procedimientos. Un caos cuando hay que satisfacer a la burocracia de más de una administración.
En elmundo.es Cristina Alonso nos informa que “El Gobierno gastará 5,3 millones de euros en las obras de la sede de UGT, un 20% más de lo previsto por el grave deterioro del edificio tras años de retraso en la licencia”, lo que dice, en resumen, es que nos encontramos en un punto que la situación del edificio sede de UGT se ha agravado considerablemente, en 2022 el Ministerio de Trabajo adjudicó un contrato para obras de “optimización y redistribución de espacios”, entre la licitación y la adjudicación pasaron seis meses, para ejecutar una obra “inaplazable por el riesgo inherente para los trabajadores”. Trabajo urgente y necesario que se tuvo que suspender dado que no contaba con la licencia de obras del Ayuntamiento de Madrid, licencia que tardó un año en concederse. Pero tras la concesión de esta licencia la inspección técnica del edificio (ITE) obliga a una modificación del proyecto adjudicado, lo que obligó a paralizar los trabajos. La situación se ha agravado, lo que antes era urgente ahora es más urgente y lo que antes era caro ahora es más caro. Y todo gracias a la descoordinación y lentitud de un procedimiento administrativo, a la burocracia que pagamos los ciudadanos y que nos va a obligar a pagar más por la rehabilitación del edificio de un sindicato. No nos debe por tanto extrañar que La editorial de elmundo.es sentencie en un artículo breve tirulado “Un plan para la innovación europea” que “sin dar un salto en competitividad, reducir la burocracia y favorecer la inversión, la UE seguirá estancada” y es que reducir y simplificar la burocracia de siempre ha sido una promesa incumplida. Añade más leña al fuego el artículo que publica Eldebate.com y que lleva por título “El caos del 'Gran Hermano' de Marlaska: «Llevo dos meses intentando registrar a mis clientes»”, lo firma María Curiel, y describe las penalidades que están pasando los hosteleros ante el deficiente funcionamiento del portal web SES.Hospedajes que en sí, no es más que una aplicación informática en la que se archiva el registro de los visitantes. Parece que en plena transformación digital la administración tiene problemas para procesar los datos. De hecho hay burocracia hasta para proteger la intimidad, siendo necesario firmar un formato para la protección de datos, un añadido más en los procedimientos de la burocracia.
O sea, que la burocracia tiene la virtud de retrasar lo urgente, priorizar lo innecesario y complicar lo sencillo. Si no es ágil la burocracia transforma en perjuicios todos los supuestos beneficios sociales cuando se intentan añadir a los procedimientos que se siguen. La perspectiva de género deja de ser discutible para ser un retraso, incluso un obstáculo. Lo mismo podemos decir del impacto medioambiental, de la inclusión o de la salud. Por muy necesario que sea y por muy beneficioso que resulte, no pueden ser elementos burocráticos que alarguen y encarezcan cualquier proyecto. Es imperdonable que en plena era digital un ciudadano deba repetir sus datos una y otra vez para cualquier procedimiento, se supone que al uso de la información oficial puede acceder cualquier administración, por lo que podría ser compartida por ministerios y administraciones oficiales. Es absurdo que un servicio de urgencias de una autonomía no pueda acceder al historial médico de una persona de otra autonomía que tenga la necesidad de ser tratada, en este sentido la sanidad pública podría ser más beneficiosa que la privada. Y es vergonzoso que la administración pública no sea capaz de digerir, sincronizarse y coordinarse ante la burocracia que obliga a cumplimentar.
Me reafirmo en lo dicho al principio, la burocracia puede ser necesaria...hasta cierto punto que viene definido por cuando resulta ser un perjuicio. Siempre será una asignatura pendiente.
3 comentarios:
La revolución digital no ha llegado aún a la burocracia. Puede que nunca lo haga. Un beso
Pues ya hay un ministro encargado.
Un saludo
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