04 enero 2025

CRÓNICAS NAVIDEÑAS (XIV)

Santa Claus y compañía.


No recomiendo su lectura a menores, puede desvelar secretos y generar preguntas incómodas para los padres.

Pues hemos topado con otra importación, los que hacen los regalos en Navidad vienen de fuera de España, los Reyes de Oriente y Santa Claus del polo norte, en Holanda San Nicolás viene de España. Son costumbres adoptadas, ya sea Santa Claus como los reyes, se pusieron de moda en el siglo XIX, la entrega de sus regalos es una costumbre mucho más moderna.

Santa Claus es más internacional, y siempre es más económico pagar un Papá Noel que tres reyes magos. También entrega los regalos antes, el día de Navidad, por lo que los niños estarán más entretenidos en vacaciones. Los reyes los entregan más tarde, pero alargan las vacaciones. A Santa Claus, también Papá Noel, se le asocia con la figura de San Nicolás de Bari. Su representación actual se debe a los anuncios de Coca-cola, sus publicistas lo vistieron de rojo, cambiaron su aura por un gorro, y lo engordaron. No sabemos si el Santo tenía tan buen humor como dice la marca de refrescos, pero a Santa Claus le ha asignado este papel Y Santa, esa costumbre de abreviar nombres que tienen los americanos, ha adoptado .su rol y, como buen profesional, de vez en cuando suelta su ¡Ho-Ho-Ho! aunque no venga a cuento. La carcajada es un anglicismo, en castellano sería ¡Jo,Jo,Jo!

No me gusta Santa Claus, me parece un poco siniestro que un gordo traiga regalos a los niños que se “portan bien” se ría con un ¡Ho,Ho,Ho! Además perpetra un allanamiento de morada colándose por la chimenea, viniendo del polo norte con regalos hace contrabando y a los niños cómplices de su delito. Un progresista resaltaría además lo injusto de no hacer a los niños el mismo regalo, le consideraría un patrocinador de la brecha de género, de la brecha digital y de todas las brechas existentes.

Pero Santa Claus no es el único usurpador, frente a unos reyes magos hispanos y un señor vestido de rojo internacional adoptados. Han surgido personajes adaptados que, dicen,  son símbolos milenarios, precristianos, propios de una Navidad laica y nacionalista. Me refiero al Tió de Nadal, el Olentzero y el Apalpador. A todos se les relaciona, originalmente, con el solsticio de invierno y el mundo rural. No puede ser más laico.

El Tió de Nadal es propio de Cataluña y Aragón, eso nos dice wikipedia, pero se ha adaptado en la primera. Originalmente no daba regalos, sino chucherías. Fomenta la mala costumbre de golpear para obtener. Los cuidados del tronco comienzan el 8 de diciembre y se quema al terminar el día de Navidad, recuerda a la celebración del Adviento, pero algún historiador catalán dirá que el Adviento está inspirado en el Tió. El caso es que nos cuentan de una tradición catalana que, siendo precristiana, se celebraba antes de que hubiese catalanes y se hablase el catalán. Cosas del nacionalismo.

El Olentzero es vasco, nos dice wikipedia que su primera referencia está en los fueros navarros, pero su origen también es anterior a la cristianización de Navarra, es una representación del “tiempo viejo” relacionada con el solsticio de invierno que se ha adaptado a la fe cristiana y al sentimiento nacionalista vasco. De esta forma, un ser solitario de 366 ojos ante el que los niños huían se ha transformado, a lo largo del siglo XX, en un carbonero amable que lleva regalos a los niños. Cosas del nacionalismo.

El apalpador es gallego, es mucho más reciente, los nacionalistas gallegos no iban a ser menos, así que rescatan a este personaje del campo orensano. Es un personaje que, originalmente, se utilizaba para hacer que los niños se fuesen a la cama y cenasen bien, ya que en la cama les palpaba la barriga para comprobar lo bien que habían cenado y si estaban dormidos. Un coco gallego vamos. Nos dice Uxía Miranda, en un artículo de el español que Como explican en O Apalpador.gal, esta figura se recuperó en 2008 gracias al colectivo A Gentalha do Pichel, que descubrió un documento del año 2001 donde se mencionaba este personaje. La primera vez que se escribió sobre O Apalpador (y se tiene constancia de ello) fue en 1992, en el número 3 de la revista Alicerces do Museo do Pobo Galego”. O sea que la primera vez que se documenta es 1992, hay las mismas razones para creer que es una tradición milenaria como que es una historia de poco más de treinta años. Pese a todo, un personaje que se dedica a palpar niños resulta tan perturbador como un gordo vestido de rojo riendo. Cosas del nacionalismo.

No dudo que en los tiempos venideros vayan surgiendo nuevos sustitutos de Santa Claus, y no dudo que podamos contabilizar hasta diecisiete. Para Madrid que es mi tierra, propongo el personaje de una Osa que antes traía madroños para los niños, pero ahora muy bien puede traer juguetes. Para Andalucía sería original un moro creyente, un mozárabe de Navidad, que trae regalos a los niños y sigue un periplo por las alacazabas de Andalucía,  puede ser compartido por Ceuta y Melilla. No así el perdonaje castellano, que debe ser diferente del leonés. En fin, les dejo a ustedes y a su imaginación la creación de nuevos, pero muy tradicionales y nacionalistas, personajes que traigan regalos para los niños.


1 comentario:

Susana Moreno dijo...

No tengo imaginación para tanto. :). Un beso