04 octubre 2024

HACIA LA TIRANÍA (VIII)

 HACIA LA TIRANÍA (VIII)


El Poder Judicial

El poder Judicial es ejercido por los jueces y tiene la responsabilidad de discernir y arbitrar sobre los actos y comprobar que estos se ajustan a la normativa ¡Ahí es nada! Por esta causa cualquier proceso judicial, entre pruebas, declaraciones de testigos, formación de sumario, juicio, decisión, recursos y apelaciones causa que la aplicación de la ley sea, cuanto menos, lenta, en ocasiones eterna. Y es mejor hablar de aplicación de la ley mejor que la de impartir justicia. El poderjudicial actúa de forma burocrática, con un lenguaje arcaico y lentamente. Burocracia y lentitud son males que le caracterizan y ningún ministro del ramo se ha propuesto reducirlos, por el contrario, con el paso del tiempo, se van agravando.

Casi podríamos decir que si usted tiene cierta edad cuando denuncie no espere ser desagraviado en vida, deje la satisfacción a sus herederos. Lo que es equivalente a decir que no espere que con usted se haga justicia. Pero de todo esto no se le puede echar la culpa al sanchismo.

Tampoco es novedad el hecho de que los políticos estén procurando controlar el poder judicial. Si es novedad, pero no debe extrañar, que el Consejo General del Poder Judicial haya estado cinco años sin renovarse. Difícil de entender que sea novedad, la mayoría de los procesos estrella se alargan en el tiempo durante más de diez años. Ahí tienen la causa entre la empresa Boliden y la Junta de Andalucía por la presa de Aznalcoyar, algo que pasó durante los primeros años de Aznar y todavía colean recursos. No tan largo, pero igual de escandaloso, puede ser el proceso de los EREs de Andalucía, los hechos que se han juzgado son anteriores a que Susana Díaz fuese presidente de la Junta y, a día de hoy, el Constitucional anda anulando condenas recomendando su revisión.

La novedad con el Sanchismo está en que el político pretenda ser juez y parte. El Sanchismo coloca a los políticos, sobre todo a aquellos que le interesa, por encima de las leyes. Los hace impunes e inhibe al gobierno e instituciones de la obligación de hacer respetar el cumplimiento de la ley. El caso Puigdemont está claro y si alguien piensa que el fugado se ha reído de los españoles se equivoca, es la clase política la que se ha burlado de los españoles. Si el político anterior a Sánchez acataba y respetaba la ley, el posterior ni la acata, ni la respeta, ni la cumple por el hecho de ser político y no estar de acuerdo con una sentencia. Por esa razón acude al indulto y se intenta asegurar de que la sentencia final, por mucho que se alargue en el tiempo, le sea favorable de ahí que el Tribunal Constitucinal sea, mayoritariamente progresista (tómese progresista como un eufemismo de prosanchista).

Pero si somos realistas, el Poder Judicial, aun funcionando con independencia, resulta inútil debido a su lentitud. No es obstáculo para la acción del gobierno, cuando tome una decisión que valide o invalide sus actos o leyes, éstos llevarán ya un tiempo ejecutados o aplicados. El ejercicio del Poder Judicial invita al pesimismo, no creo que tarde mucho el día en que los ciudadanos empiecen a ejercer la justicia por su mano. Resulta, eso sí, de mucha utilidad para los políticos, les otorga un argumentario para el victimismo o de rearfirmación de sus acciones. 

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