20 abril 2025

¿LÍMITES A LA DEMOCRACIA?

 ¿LÍMITES A LA DEMOCRACIA?

Fuente: La abeja TV

Hay algunos dirigentes, en realidad una gran mayoría, que son profesionales del engaño. Cada día postulan con su idea de lo que es democracia como única y verdadera. Intentan convencernos de que no somos libres y asocian la libertad al sufragio. De esta forma intentan convencernos que no somos una verdadera democracia si no se puede votar a partir de los dieciséis años, si se vota a partir de una determinada edad o si debería votar una persona que está recibiendo subvenciones. Todo ello implica, en muchas ocasiones, acotar derechos para vendernos que disfrutamos de más libertad y que se ha potenciado la democracia. El equivalente a limitarla para extenderla.

Hay quien se lleva las manos a la cabeza porque se conceda el privilegio del voto a partir de los dieciséis años. No tendría inconveniente si ello significase reconocer la mayoría de edad en esta edad. Resulta, en mi opinión, un tanto absurdo que un médico necesite la autorización de los padres de un adolescente para operar de apendicitis, pero que la voluntad de abortar de una menor sea suficiente para hacer un aborto. Es una contradicción más el hecho de que puedas emitir un voto, pero no comprar tabaco. Y creo que roza el ridículo tener la responsabilidad de votar a un candidato y resultar impune de la ejecución de un delito. Quiero decir que hay que ser consecuente: para votar hay tener la mayoría de edad. Si se supone la madurez para votar hay que conceder la responsabilidad de las acciones al votante.

Siempre he defendido que el ser humano goza de libertad, dado que siempre tiene la oportunidad de elegir entre las diferentes opciones que se le presentan cuando tiene que tomar una decisión. También tiene la responsabilidad de afrontar la consecuencias. Un régimen democrático aumenta las opciones sin que las consecuencias supongan una carga, pero las opciones no son infinitas y las responsabilidades no son eludibles. Los trileros del engaño ofrecen una democracia, en realidad un régimen, en el que el estado da solución a todos los problemas, evitándonos responsabilidades y la posibilidad de decisión.

Nos tienden numerosas trampas. La idea de una ciudad democrática y sostenible en la que nuestras actividades queden confinadas a desplazamientos de quince minutos no deja de ser una especie de restricción, una limitación a quince minutos. No es que la democracia tenga restricciones es que la democracia, para serlo más, impone límites a las personas. No se lleven a engaño, a los adultos de hoy no nos van a convencer, pero si van a educar en estas fantasías a los adultos del mañana. Es más fácil comulgar con ruedas de molino poco a poco y desde muy joven.

Poco a poco va calando la idea de que las cosas son como se desean y el sufragio está para apoyarlo. Una vana ilusión. No se cambia de padre por mucho que se desee y por muchos que voten por una paternidad diferente, podrá cambiar de tutor pero la naturaleza es inexorable. Nadie dice que sea justa y certera, si usted está convencido de que ha nacido en un cuerpo equivocado no hay que discutirlo. Pero es lo que nos ha tocado. No hay democracia en la naturaleza, y en muchas cosas de la vida tampoco.

En conclusión, antes de que le ofrezcan más democracia piense cuánto de limitado va a estar y, lo que es peor, cuáles van a ser las limitaciones de sus hijos... si los tiene.

2 comentarios:

Susana Moreno dijo...

Si esto es la democracia creo que no me interesa. Un beso

LUFERURA dijo...

No se trata tanto de vivir en democracia, sino en libertad. Un saludo