29 abril 2025

A LA ANTIGUA USANZA

A la antigua usanza


...
Todo eléctrico: todo de momento.
Nada serenidad, paz recogida.
Eléctrica la luz, la voz, el viento,
y eléctrica la vida.
Todo electricidad, todo presteza
eléctrica: la flor y la sonrisa,
el orden, la belleza,
la canción y la prisa.
...
Miguel Hernández.

 

Hoy nos hemos quedado sin luz. Se ignoran los motivos. Lo que escribo todos los días en el ordenador lo escribo en una libreta, a la antigua usanza. Las noticias son escasas, no hay internet. El apagón es extenso y prolongado. Son tiempos que creía pasados, para mi nieta desconocidos. Mi única ocupación en este momento se reduce al aburrimiento. No me importa quién es el responsable, probablemente  haya muchos. No me cabe duda de que al final los que ocupan los puestos de mayor responsabilidad harán pagar a los más funcionarios este desaguisado.

Nos recuerda este apagón nuestra vulnerabilidad y lo sorprendentemente fácil que puede resultar quedarse sin comodidades. Volvemos súbitamente a una época sin ordenadores y sin energía. Un paso atrás hacia la era de la Ilustración en muchos aspectos, al arranque .del siglo XX en lo que se refiere a las infraestructuras sociales, un salto atrás de, al menos, cien años. Nuestra dependenc ia de la electricidad es tal que nos hemos quedado sin calderas y sin luz; y con unos servicios que los trabajadores estarán en su derecho de dejar de intentar de hacer reparaciones cuando termine su jornada laboral recién reducida. El apagón deja el sabor del fracaso.

Fracaso de la autonomía estratégica, fracaso de la resiliencia, fracaso de la digitalización, fracaso de la electrificación y, está por ver, un fracaso de la ciberdefensa. Un fracaso de un modo de vida. Una confirmación de que nuestra vulnerabilidad ha ido a más y una constatación añadida de la incompetencia de nuestros líderes, esos que defienden un estado que va a solucionar todos nuestros problemas y que se encuentra con dificultades para lanzar un comunicado a todos los ciudadanos. Han pasado mucho tiempo cultivando las redes sociales y no pueden dar instrucciones por ningún medio.

No sé, en este momento, lo extenso del apagón ni qué va a pasar en otros lugares.Tengo la seguridad de que aquí no va a pasar nada. Serán los ciudadanos los que, como siempre, estén a la altura y muestren su capacidad de recuperación, su aguante y su paciencia y será el político de turno el que se cuelgue una medalla por una gestión manifiestamente deficiente.

Doy por supuesto que habrá una gestión política, con comisiones que intentarán depurar responsabilidades y no llegarán a ningún lado. Todos intentarán obtener un beneficio político, no es una novedad. Habrá algún idiota que nos recuerde lo del kit de supervivencia y que a ver cómo aguantamos ahora tres días así. Y no será porque los expertos no lo habían advertido y repetido. Dijeron ¡ojo con las infraestructuras! Pero parece ser que el mensaje no era claro para los responsables y debió parecer ambigüo. Pero sólo eran expertos los que avisaron.

Se oyen más sirenas de lo normal. La falta de noticias agrava la situación. Incertidumbre a la vez que enojo. Declaraciones en vacío que sólo podran ser oídas por equipos de radio casi olvidados.

Madrid a 28 de abril de 2025

Y ya hoy, no haré una valoración detallada de la gestión de unos gestores que, todavía, están desorientados. El apagón invita a hacer una reflexión de nuestra dependencia de las pantallas, esclavos del ordenador, la tablet, el móvil o la televisión. Y se lo digo tecleando en un ordenador frente a una pantalla. Ayer tuvimos la oportunidad de reanudar viejas prácticas, que no por viejas no son sanas. Volver a escribir en papel y ejercitar una caligrafía olvidada, leer un libro y descubrir que las letras no cambian de tamaño pero que la vista se pierde, el recurso a la conversación para pasar el rato o, simplemente, sentarse frente a la ventana viendo el mundo de fuera y perder el tiempo elucubrando son costumbres ya perdidas que sería bueno recuperar para algún momento del día.

Ayer, entre otras cosas, descubrí mis dependencias.   


3 comentarios:

Susana Moreno dijo...

Por suerte yo nunca he perdido la costumbre de leer y aún recuerdo que hay que recoger agua. Un beso

Susana Moreno dijo...

Si no te importa, recomiendo tu artículo

LUFERURA dijo...

No, no me importa.
Un saludo.