01 abril 2025

EL CUENTO-DISQUISICIÓN DE SAN MARTÍN

El cuento-disquisición de San Martín.


Alguna vez he comentado que San José me parece un santo imprescindible. Ni más, ni menos, que ejercer de padre del Hijo de Dios. Resulta un ejemplo humano a seguir en lo cotidiano. Pero hay un santo que me parece totalmente prescindible, es San Martín de Tours. De origen militar, fue el obispo de Tours, asentó el cristianismo y organizó a la Iglesia en esta región. Su hecho ejemplarizante es que, yendo a caballo, le entregó la mitad de su capa a un mendigo que iba vestido con harapos un día de frío y nevada. Eso dicen las cronicas. El sacrificio de San Martín tiene, en mi opinión, el mismo mérito que tendría rasgar un chaquetón de Zara y darle la mitad a un pedigüeño en la puerta de un local comercial, ya no se ponen en la iglesias.

En los Balcanes, hace ya mucho tiempo, hubo un destacamento del ejército en Petrovec, localidad donde está el aeropuerto más cercano a Scopie, capital de Macedonia del Norte, país que entonces atendía a la denominación de Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM o FYROM, según prefiera el acrónimo en español o en inglés). Apoyaba este destacamento a otros destacamentos en Kosovo, Tetovo y a otros militares que prestaban su servicio como componentes de la EUMM (European Unión Monitoring Mission). Era Petrovec uno de los puntos de reunión para los españoles desperdigados en el norte de Macedonia, los domingos había paella de menú y muchos íbamos con compañeros de otros países para que pudiesen disfrutar de esta delicia. 

Aprovechábamos la sobremesa para ponernos al día de los acontecimientos, nuestras experiencias más o menos interesantes, nuestras diferencias con los componentes de otros países y nuestros planes de futuro. Como todos habíamos llegado a la vez, todos abandonaríamos Macedonia en un periodo determinado. Cuando llegaba el fin de nuestra rotación nos informaron y nos informamos de que había una ONG que solicitaba la ropa que no íbamos a necesitar. No se trataba de entregar uniformes más o menos gastados, sino ropa que pudiese llevar una persona necesitada. Por ese motivo entregamos la ropa de paisano que utilizamos en el invierno y que, en agosto, molestaba. Entregamos también la ropa interior que el ejército nos había dado de dotación y que no habíamos utilizado por preferir la nuestra. Figuraban como parte del ajuar algunas camisetas nuevas.

La aportación de cada uno llegó a ser de un saco de ropa nueva, hasta el saco tuvo utilidad y nuestra donación fue bienvenida y agradecida. Ninguna prenda estaba rasgada por la mitad. Pero si San Martín fue santo por haber entregado media capa a un necesitado qué serían esos militares que dieron un saco de ropa completa a otros necesitados. Sin duda militares como San Martín y considerados tan prescindibles como él.

2 comentarios:

Susana Moreno dijo...

Supongo que algo más haría a San Martín santo. Un beso

LUFERURA dijo...

Copiado de Wikipedia:
La leyenda más famosa en torno a su vida sucedería hacia el año 337. Estando Martín en Amiens, encontró cerca de la puerta de la ciudad a un mendigo tiritando de frío; enseguida, sacó la espada, rasgó su capa de soldado y le dio la mitad para que se abrigara, declarándole que no podía dársela entera porque la capa pertenecía al ejército romano, en el que servía, gesto que dejó atónitos a los oficiales romanos que presenciaron el acto, pues los oficiales jamás debían mostrar compasión o piedad por nadie, menos hacia los débiles, así la frase «caridad a capa y espada».
También de Wikipedia:
... a partir de las numerosas iglesias que después reclamarían guardar una reliquia de este trozo de capa, se acabó por popularizar el término capilla en todo el mundo occidental para denominar a los mismos lugares de culto cristiano.

Además organizó la Iglesia en Francia. Por algo será santo.
Un saludo.