La ley de Murphy (II)
En el orden mundial.
Recuerden que la Ley de Murphy nos instruye en que "si algo puede puede salir mal, saldrá mal" y que el orden mundial podemos definirlo como un acuerdo tácito o impuesto de las normas entre las diferentes naciones del mundo. Y la verdad es que el orden mundial es muy vulnerable a la ley, el problema es que no tenemos claro en qué momento se torció la cosa, si es que alguna vez estuvo enderezada. Por otra parte, siempre hay algún interesado en que haya algo que vaya mal. Y si son muchas cosas las que vayan peor, pues tanto mejor.
Lo malo es que hay que verlo en perspectiva y muchas veces carecemos de la memoria o curiosidad para ello. Pero si aplicamos la ley de Murphy a una situación de equilibrio como es el orden mundial, con el paso del tiempo se irá deformando hasta romperse o, en el mejor de los casos, adoptar una nueva situación de equilibrio. Para ello podríamos retroceder unos treinta años. La Guerra Fría había terminado, la URSS había colapsado y desintegrado y se vivía en el convencimiento de que estábamos en el fin de la historia proclamado por Francis Fukuyama. Un fin de la historia cierto, pero mal interpretado, muchos interpretaron que el sistema democrático se había impuesto en el mundo y que se abría un proceso en que todos los gobiernos del mundo acabarían siendo democráticos, no fue así lo que se había impuesto fue el liberalismo económico y el libre comercio. A pesar de la intención de dar mayor protagonismo a las Naciones Unidas en el ámbito político no fue la democracia sino la economía de mercado la que se extendió por el mundo y la que impuso las reglas del nuevo orden. Y bajo este nuevo orden China comenzó a prosperar de forma que treinta años más tarde el que impuso estas normas del imperio del libre comercio hoy quiere cambiarlas.
Podemos decir que frente a la Ley de Murphy muchas veces equivocamos la evolución de los hechos y tenemos la tendencia al optimismo, pocas veces acertamos. Una de las grandes equivocaciones se cometió cuando se bautizó con ese optimismo a las revueltas en el mundo árabe como la Primavera Árabe, unas revoluciones que se pensó que iban a traer la democracia cuando, en realidad, fueron un movimiento involucionista. Tardamos un tiempo en darnos cuenta que hay países que, de momento, no quieren ser laicos y que la religión tiene un peso decisivo. Nos equivocamos cuando pensamos que podía ir bien y no en lo que podía salir mal.
La clave en este caso consiste en comprender el escenario definido por el orden mundial e ir estudiando su evolución y hacerlo a largo plazo, las decisiones de hoy pueden materializar sus consecuencias en muchos años. No podemos evitar la evolución del orden mundial, pero si prepararnos para acomodarnos y beneficiarnos del mismo. Para ello es esencial estudiar lo que puede ir mal y evitarlo, en la medida de lo posible, o provocarlo, si nos interesa.
4 comentarios:
Lo que no tuvieron en cuenta fue el libre albedrío de los pueblos. Un beso
Murphy y masonería empiezan por la misma letra.
Ahí la ley de Murphy actúa sobre la sociedad, a eso le dedicaremos otro capítulo. Un saludo
Aunque empiecen por la misma letra la masonería tiene sus planes y se ven afectados por la ley de Murphy.
Un saludo.
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