Semejanzas.
Se hacen inevitables las alusiones al veraneo del Presidente del Gobierno en La Mareta, no caeré en la trampa de opinar si es merecido o no y creo que tampoco vale la pena opinar lo correcto o no de la protección, escoltas y seguridad de las que disfruta. Como me gusta decir cada uno tendrá su opinión y es sagrada. Pero si les comentaré acerca de ciertas semejanzas. Una primera impresión que me da la instalación estival del Presidente es que ha trasladado La Moncloa a La Mareta y la ha sellado, quizás aún más que al complejo madrileño. Unos días en La Mareta, algún fin de semana en Quintos de Mora y la mayor parte del año en La Moncloa viviendo un casi aislamiento que él considera conveniente o necesario. Siempre se ha hablado de la soledad del mando.
Me recuerda esta situación al cuento "La máscara de la muerte roja", de Edgar Alan Poe. que nos narra la historia de un príncipe, casualmente se llama Próspero, y sus cortesanos refugiados en una abadía fortificada para escapar de la peste, a la que denominan la muerte roja (otra semejanza), a los seis meses de estar allí y creyéndose protegidos organizan una fiesta en la que se cuela la epidemia.
¿Hay una muerte roja que quiera evitar nuestro Presidente? Puede ser la opinión pública, puede ser el descontento, puede ser que alguien que no sea un adulador le diga simplemente que no lo está haciendo bien. Puede que el Presidente se sienta asediado y se disponga a aguantar este asedio dos años más. El sabrá si vale la pena y cada uno tendrá su opinión. Puede que la muerte roja sea la incertidumbre que se ha extendido por toda España y no quiera que ésta entre en La Moncloa, en La Mareta o en Los Quintos de Mora y puede ser que este aislamiento le permita no tener el sentimiento de que se vayan a fastidiar las vacaciones por una avería más de los trenes de alta velocidad o si se llegará puntual al trabajo por un nuevo colapso de las cercanías, a pesar de que el tren esté en su mejor momento. O evitar ese sentimiento que tienen muchos, a pesar de que nuestras calles se cuentan entre las más seguras del mundo, de si no serán robados tras visitar un cajero, o si sus casas no serán okupadas, o que sus tiendas no serán atracadas otra vez. O prescindir de esa sensación de que, a pesar del fortalecimiento del estado de bienestar, será más caro mantenerlo entre tanto despilfarro que no mejora los servicios. Puede también que la muerte roja sea el propósito de una economía sostenible y unos ciudadanos muy libres con cada vez más limitaciones que están financiando un régimen insostenible. Es, entonces, comprensible ese aislamiento, aunque sólo sea por evitar la sensación que tienen todos los ciudadanos de que sus hijas, e hijos, están viviendo y van a vivir peor que sus padres.
Ya anunció que erigiría un muro. Pero los muros aíslan y no protegen. Las barreras eliminan la comunicación que es la mejor forma de impedir el entendimiento y el acuerdo. El encerrarse entre muros fomenta una sensación de falsa seguridad, al final serán atravesados por el descontento, la opinión discrepante, la incertidumbre y los sentimientos de inseguridad que, como la peste, se contagian. Puede que la muerte roja sea un simple baño de realidad.
Puede que al aislarse de esta manera la única función, e intención, del Presidente del Gobierno sea su supervivencia.
2 comentarios:
Estoy viendo la serie Fundación, sobre el libro de Asimov, y el Emperador menciona que su aislamiento y supuesta antipatía, es lo que le permite gobernar. GObernar bien , dice.
Mi padre, si quería algo, trabajaba más y lo conseguía. Nosotros ya no. O no podemos trabajar más, o estas en el paro. Si quieres algo extra, te jodes.
Ellos ya bivian mejor, o al menos eran más felices.
Recuerdas el modo de vida que retrataban las películas yanquis en los 50 ( referido a los 50). Progreso postguerra. Ellos ya hace generaciones que van hacia stras. Nosotros sólo vamos 30 años atrás, como en todo.
Abrazooo
Tiene que aislarse porque si no le insultan. Un beso
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