09 agosto 2025

HEMBRISMO

Hembrismo.

La balsa de la Medusa. Theodore Geriacult

Una de las frases de peor gusto que he tenido que oír, y puede que alguna mujer haya tenido que soportar es la muy machista afirmación de que "menos mi madre y mi hermana todas putas", no sé si se ha dicho en un contexto de broma o de humor, pero lo considero gratuito. Y aunque no se diga en serio si demuestra la creencia arraigada en muchos hombres de que las mujeres tienen un precio y que con las motivaciones adecuadas van a acceder a sus deseos. Parece un corolario de la famosa afirmación de que "todo el mundo tiene un precio". De la misma forma considero machista esa especie de justificación, que hacen muchos hombres y demasiadas mujeres, de una violación o agresión en el hecho de que una dama vaya con la falda corta, ropa ajustada o provocativa. Esos mismos suelen tachar de "estrechas" a las que visten más recatadas. No es de extrañar que muchas mujeres se sientan extraviadas y no sepan cómo comportarse, cómo vestir y, muchas veces, qué decir. Es lógico que se planteen su lugar y su papel en esta sociedad y es igualmente lógico que rechacen cualquier encasillamiento. Que vistan como quieran, que digan lo que quieran, que trabajen en lo que quieran y que se comporten como quieran, están en su derecho. A la reivindicación de este derecho se le ha llamado feminismo, que es un movimiento frente a una actitud, el machismo.

Debemos admitir que cada persona es un mundo y que cada uno es diferente a otro, no todos nos comportamos uniformemente ante las mismas circunstancias. En principio no nos hace mejores o peores, sólo diferentes. La igualdad no subyace tanto en el comportamiento sino en disfrutar de los mismos derechos. Hombres y mujeres son, por tanto, diferentes. Hay diferencias de bulto, un hombre por mucho que se llame María y se sienta muy mujer no podrá parir ni tener la menstruación; de la misma forma una mujer por muy Antonio que se llame y muy machote que se sienta no tendrá cáncer de próstata. Tienen el derecho a vivir como quieran y a sentirse como quieran pero el útero es el útero y la próstata es la próstata, que el hombre que ha decidido llamarse María reivindique su derecho a tener útero no deja de ser una pérdida de tiempo aunque si le ilusiona y le hace feliz, que lo haga. Esa búsqueda de la felicidad si que une, que no uniforma, a hombres y mujeres.

Cuando el feminismo llega al extremo se hacen afirmaciones tan radicales como a la que hemos hecho mención al principio. Últimamente hay hembras que se llaman feministas y declaran que "todos lo hombres son violadores", aunque luego maticen que "cada hombre es un violador en potencia", en estas afirmaciones parecen incluir a sus padres y hermanos. Ello está llevando a que una parte del feminismo, un movimiento, esté llevando a alguna de sus más fervientes militantes a mantener una actitud similar al machismo que podríamos denominar hembrismo. El principio de que cada hombre es un violador en potencia da pie a calificar cualquier actuación de un hombre como acoso o machismo. Tienden a confundir educación o caballerosidad, por ejemplo ceder el asiento a una dama, con un gesto machista del heteropatriarcado (una palabra que les encanta esgrimir a la mínima de cambio). También es lógico que los hombres se sientan desorientados, no sepan qué decir o qué hacer en presencia de una mujer. En consecuencia ambas actitudes, machismo y hembrismo, han conseguido evitar que un hombre sea un caballero y una mujer sea una dama.

La caballerosidad machista daba una alternativa al "¡sálvese el que pueda!" cuando clamaba "¡las mujeres y los niños primero!", las damas asumían que tenían que salvarse y cuidar de los niños. El machismo sin caballerosidad recurre a la selección natural y el "sálvese el que pueda" se convierte en la ley del más fuerte, el hembrismo sin damas seguramente aplique la ley del más fuerte en su vertiente de la ley del más astuto y mientras machos y hembras intentan sobrevivir los niños serán los primeros en no salvarse.  

2 comentarios:

El Último de Filipinas dijo...

Si se asume la existencia del pecado original, todos somos de lo peor en potencia.

LUFERURA dijo...

Todos somos capaces de lo peor pero también de lo mejor. Si asumimos la existencia del pecado original también tenemos que asumir que se nos puede perdonar.
Un saludo.