Una adivinanza.
Parece que lo que comentábamos ayer ha tenido un reflejo en la prensa. Lo atribuyo más a la casualidad que a la influencia de este blog pero siempre es bueno tener la seguridad de que alguien puede compartir las mismas inquietudes. Y es la sensación que he tenido cuando hoy en La razón Javier Portillo firma un artículo que titula "¿Está España lista para afrontar una gran emergencia?". De entrada no me gustan los artículos cuyo título es una pregunta, los suelo llamar artículos adivinanza, pero debo admitir que este caso es una excepción dado que intentar dar respuestas aunque muchas soluciones quedan en el aire. Como ayer, ha recordado una racha de emergencias y llega a la conclusión de que para afrontar una emergencia hay muy buenos técnicos y profesionales y, también, demasiadas administraciones involucradas. A lo que habría que añadir demasiadas rivalidades y demasiada burocracia, ambas restan efectividad.
De siempre se ha dicho que la ejecución debe ser centralizada mientras que la responsabilidad debe permanecer centralizada y ser única, pero también deben estar claras las responsabilidades de cada uno y lo que deben de hacer. El carácter burocrático de nuestra administración (que en realidad son dieciocho administraciones) va quedando en evidencia, aunque las rivalidades, por todos conocidas, releguen esta circunstancia a un segundo plano.
Hay dos frases de nuestro Presidente del Gobierno que demuestran su talante burocrático:
- "Si necesitan ayuda que la pidan". En ello parece que hay que hacer un impreso por triplicado solicitando y explicando la necesidad de la ayuda y, también, siento decirlo, parece la inclinación de un funcionario chupatintas dispuesto a repasar el impreso buscando la más mínima falta para decir que se corrija y lo vuelvan a mandar. Lo normal es que cuando uno ve a un vecino apagando un fuego le ayude a apagarlo, lo que no es normal es sentarse a ver como se le quema su casa esperando a que pida ayuda, ya sea para salvar su hogar o su vida.
- "Son las cinco y no he comido". Que es el equivalente a cerrar el chiringuito para tomar el café o no prestar un servicio porque es la hora el bocadillo. Esto es también que la petición de ayuda tiene que llegar en el horario establecido. A ello se le suma la toma de decisión que se retrasa cuando el que tiene que decidir no está (¿Por qué está comiendo?), si a ello le sumamos el qué se envía y que hay que prepararlo, todo acaba influyendo en el cuando. Como en la dana y en los incendios.
Lo que encontramos es que nuestros dirigentes no son conscientes de la emergencia y siempre la contemplan como una oportunidad para obtener una ventaja. Por tanto la respuesta a la pregunta de si ¿está lista España para afrontar una gran emergencia? la respuesta es que España está lista para sufrirla mientras que la administración está lista para diluir las responsabilidades.
Pero de momento no hay soluciones a ninguna de las crisis padecidas o que padecemos el argumento de "la culpa es más de este que mía" funciona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario