La viñeta de Edwards. El Debate.13-08-2025
Hay veces que pasan inadvertidos pequeños ejemplos que deberían animarnos, hacernos sentir que, por mal que vayan las cosas, esto puede ir a mejor. Y creo que hoy el ejemplo más claro está en La Mareta, y no me refiero a sus ocupantes de lujo, sino a aquellos que tienen que protegerles. Se ha publicado en numerosos medios la noticia de que han tenido que adelantar cuatrocientos euros, ya que no hay para dietas, también salieron a los medios las condiciones de sus alojamientos (que, siendo justos, el hotel solucionó desde el primer día). Lo demoledor de estas noticias ha servido para evidenciar lo mal que funciona el régimen de Sánchez y lo difícil que es ser responsable (que es lo mismo que la tendencia a la irresponsabilidad) cuando se gestiona sin - presupuestos, apoyos, parlamento - y resulta suficiente amarrarse a la poltrona. Pero no ha habido noticias de ningún guardia civil o policía que se haya plantado en una actitud de "sin dietas yo no me muevo" o se haya negado ha hacer un servicio. El sentido del deber se ha impuesto sin reconocimiento de la prensa ni de los beneficiados. Ello significa que el "amateurismo" ha vencido al profesionalismo, que la vocación se impone a las reglas y que para algunas personas el deber tiene más peso que los derechos.
Tuve hace un tiempo una discusión con un amigo que calificaba como una vergüenza que a un retén de bomberos le llegase tarde y escasa su comida. Le di la razón en que llegase tarde o escasa, pero también le dije que cuando hay que intervenir en un incendio el horario lo marca el incendio y la comida es secundaria, que un bombero debía saber que estas circunstancias eran parte de su trabajo, como lo es el hecho de trabajar toda la noche apagándolo y no tener un buen alojamiento para descansar una vez extinguido el fuego o después del relevo. Ellos admiten que lo primero es lo primero. Y el bocadillo a la carta no lo es. Es normal, y hablo de los medios aéreos, que te digan estando en Albacete que hay un incendio en Galicia y tienes que apoyar allí, está claro que vas a salir inmediatamente y no vas pedir dietas, ya vendrán. No sólo eso después de aterrizar, una media hora antes de la puesta de sol, mientras unos recuperan el avión y otros preparan la misión para mañana, otro tendrá que buscar un alojamiento en temporada alta. Va con el lote del incendio, y el hecho de superar esos pequeños inconvenientes sólo demuestran sentido del deber que se acentúa cuando las trabas comienzan antes de comenzar su misión.
No se limita esto a un ámbito militar, policial o de extinción de incendios, hay personas que han hecho del sentido del deber un modo de vida además de un medio de vida, escasean y cada vez son más excepción, pero afortunadamente existen. Y es bueno depositar en ellos nuestras esperanzas de que las cosas puedan mejorar. Son esos que siempre le prestarán un servicio aunque sean las cinco y no hayan comido.
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