Militancia.
Nos dice la Real Academia de la Lengua que militancia es la condición de militante o el conjunto de militantes de una determinada organización. Nos dice también que militante es el que milita, que esta palabra proviene de militar y del latín militas, militantis, y que sus sinónimos (aquí vemos más luz) son afiliado, asociado, componente,participante y socio. En cuanto a militar, como verbo, nos dice que es figurar en un partido o una colectividad o bien haber o concurrir en una cosa alguna razón o circunstancia particular que favorece o apoya cierta pretensión o determinado proyecto. Con estas definiciones nos podemos orientar un poco y constatar que los militantes de un partido o de una causa exceden el concepto de afiliados o miembros del mismo. Deberían ser los que se adhieren a unos principios e ideas propuestos por dicho partido. Aunque pocos sabrán explicarnos el ideario y los objetivos del partido en que militan. Para la mayoría apoyar a su partido o ir a un mitin de uno de sus dirigentes es como ser hincha y acudir a un partido de su equipo de fútbol.
Nos habla la editorial de ABC de “la estrategia militante de RTVE”, acusando al organismo de activismo y militancia, en definitiva que la televisión ya no es española sino del gobierno, de hacer propaganda “informando” y de formar “entreteniendo”, hace mención al muy partidista documental 7291. Sirve este propagandístico documental de punto de partida del artículo de Manuel Marhuenda en La Razón para denunciar “la sucia política del sanchismo con la covid” en el continuo enfrentamiento del presidente del Gobierno contra la presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, centrándose el PSOE y adláteres en unos fallecidos y olvidando que hubo otros. La verdad, tendemos a olvidar que hubo muchos fallecidos durante la pandemia, demasiados para amortajarlos con propaganda política. Ramiro Fern,andez-Chillón no analiza en El Debate “la degradación de la comunicación política en redes: «Los partidos no buscan informar, sino ser graciosos»”, en el se hace mención a los numerosos memes y videos realizados por los partidos que circulan por las redes que son, fundamentalmente, propaganda. En El País Alberto Reyero llama mentirosa a IsabelDíaz Ayuso en un artículo que titula “7291:¡Pero que invento es esto!”. Todos estos artículos nos hacen ver las diferentes relaciones entre el partido y su militancia.
La militancia es muy importante, sostiene a los partidos y hace que ganen las elecciones. No nos debe extrañar que sea, a la vez, objeto y origen de toda la propaganda del partido. Pero los militantes son poco exigentes, aportan el esfuerzo a los éxitos de su partido y muy pocos obtienen una satisfacción. En realidad, como he dicho antes, tiene el mismo trato y comportamiento que los hinchas de un equipo de fútbol, su aportación económica es fundamental para su equipo, pero su compensación se reduce a la posible victoria del mismo, no tienen garantizado un sitio en la celebración. Por otra parte, el hincha no le exige a su equipo que juegue bien o limpiamente, sólo que gane. Lo mismo pasa con la militancia de un partido político, pocos de ellos exigen coherencia con los compromisos, o respeto a la ley, la victoria del partido es suficiente. La militancia es por sí, una audiencia dispuesta a creerse todo lo que le diga el partido.
Es práctica común que un partido intente amarrarse la militancia de las instituciones, con el peligro que conlleva que las instituciones dejen de prestar el servicio o función para la que fueron concebidas o, lo que es peor, para que presten un servicio al partido. Lo hemos visto, por ejemplo, en las instituciones catalanas y lo estamos viendo ya en las españolas. En realidad las declaraciones de los dirigentes políticos son mensajes para su militancia, y en ocasiones consignas. Los militantes son un objeto manejable a los que se le instruye sobre lo que es falso o cierto, bueno o malo. En realidad han adquirido el fanatismo necesario para que las explicaciones no sean necesarias.
No soy partidario de la generalización pero me atrevería a decir que el nivel cultural de la militancia es bastante bajo, y si un militante disfruta de un nivel más bien alto es porque está dispuesto a obtener algo del partido. La militancia demuestra, sobre todo, la deficiencia de la educación y el poder que la masa tiene sobre el individuo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario