La Constitución, papel mojado.
La Constitución es la piedra angular de un estado., en ella se define cómo tiene que ser el estado, sus instituciones y el poder y funciones de las mismas. Es, además, la norma fundamental, todas la legislación debe estar en concordancia con lo que dice. Para resolver las dudas se creo el Tribunal Constitucional que decide sobre si una norma o actuación está alineada con la Carta Magna. Es un acuerdo de mínimos, pero un acuerdo, intenta solventar muchos problemas pero, a la vez, origina otros. La necesidad de la Transición obligaba a cierta ambigüedad, como era la referencia a “nacionalidades y regionalidades” sin mencionar cuáles eran, dejando un problema al que muchos entendidos califican de “laberinto territorial”. La Constitución dejó muchos flecos pendientes que han sido cubiertos con poco rigor, por ejemplo el artículo 4 establece cúal será la bandera de España, pero en la Constitución no se menciona la palabra escudo, sin embargo el actual escudo de España es el “constitucional” que no está descrito, ni establecido, en la Carta Magna. De hecho, el escudo que figura en la Constitución sancionada por el Rey Juan Carlos es el del águila de San Juan. No se cambió el escudo hasta 1981.
Mayor desaguisado se hizo con las autonomías, el hecho de denominar históricas a autonomías que nunca fueron reinos basándose en que tenían una lengua propia, negar la categoría de histórica a territorios como Castilla, León o Navarra y otorgar esta categoría a Andalucía a pesar del resultado de un referéndum sentaron ya un mal precedente en el que la Constitución no fue respetada. Actualmente hay artículo que podríamos considerar incumplidos, como la oficialidad del castellano en algunas autonomías o la cooficialidad de otras lenguas en toda España. En este aspecto la Constitución es ignorada.
Se pregunta en El Debate Ignacio Sánchez Cámara si “¿Está vigente la Constitución?”, plantea sus dudas ante la última cesión de Sánchez respecto al control de fronteras e inmigración para llegar a la conclusión de que se está perpetrando un golpe de estado.
La verdad es que en el momento que un gobernante admita y permita que un español puede ser expulsado de Cataluña ya está dividiendo al estado y está haciendo caso omiso a la Constitución, siempre podrá el Tribunal Constitucional alegar que una acción es tan constitucional, como el escudo de España, porque no figura en el texto. Siempre podrá acudir a la ambigüedad para argumentar a favor de una medida que sabemos que va contra la carta Magna y contra España. Un absurdo alzar la voz contra un Trump que está rompiendo el orden mundial basado en reglas cuando aquí está rompiendo el orden constitucional el que quiere liderar la reacción contra la ultraderecha. Para nuestro Presidente del Gobierno la Constitución es un papel mojado, como todas las leyes y como todos sus compromisos no atendidos y sus promesas no cumplidas. Palabras que se lleva el viento y desaparecerán de la memoria.
2 comentarios:
Pero la oposición està dormida. Un beso
¿Qué oposición?
Un saludo
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