¿Se irá Mambrú a la guerra?
Ayer se debatió en el pleno del Congreso la conveniencia de aumentar el gasto militar. Se trató el tema con muchos eufemismos de forma que las palabras militar y guerra no se oyeron mucho, pero pesaban. Recurriendo a eufemismos, Mambrú se quedó sin saber si iba o no a la guerra aunque le han recomendado que vaya montando un kit de supervivencia para tres días. Tampoco es que se hayan preocupado mucho de explicar quién es el enemigo y por qué. La Unión Europea nos ha dicho que Putin, no Rusia. La OTAN nos dice que China. Pero ni Rusia, ni China, ni Putin, ni Xi Jinping van repartiendo panfletos (ya sea de papel o digitales) diciendo que Andalucía debe ser rusa o china, si los hay diciendo que debe ser musulmana. Los enemigos establecidos por la UE y la OTAN no reclaman Ceuta y Melilla ni hacen maniobras con otros miembros de la OTAN en las proximidades de Canarias. Parece que para España los vientos de amenaza no vienen ni del este ni de extremo oriente.
Escribe hoy en la tercera de ABC el almirante general Fernando García Sánchez, que fue Jefe de estado Mayor de la Defensa, se titula “Estrategia puercoespín o camaleón” y hace referencia al Joint Paper for European Defence Readiness 2030, traducido sería el Documento Conjunto para la Disponibilidad de Defensa Europea 2030, pero, para abreviar, a este documento se le llama el Libro Blanco de la Defensa Europea. Puede encontrar la información en este enlace. Nos dice el almirante que tiene el documento más de económico que de defensa y que viene a establecer una senda estratégica para implantar una estrategia que, de momento, no existe. Al final el documento, según el almirante, se transforma en una maraña normativa que resta efectividad, eficacia y rapidez a las acciones que puedan emprender la Unión o sus miembros. Dicho de otra de manera, sabemos lo que no queremos pero no lo que queremos. Y con estos mimbres el plazo de 2030 parece, más que generoso, irrealizable.
Trasciende esta postura, todavía más agravada, a España. Ayer quedó claro en el congreso lo que no queremos y punto. No hay una propuesta sobre la que iniciar un debate ni un objetivo que alcanzar que no sea el de gastar un 2% del PIB. El equivalente a decir que tengo que dedicar una parte de mi sueldo a reformas de la casa, pero sin establecer cuáles son y sin pensar que las obras pueden exigir más o menos de lo ahorrado. No se habló ayer de defensa o seguridad sino de un gasto sin saber cuál es la lista de la compra y sin ninguna información de cómo se va a financiar. Mambrú tiene la seguridad de que antes de ir a la guerra tendrá que pagar más impuestos.
En medio del guirigai Mambrú se ha dado cuenta de que nadie le ha preguntado nada ni se han molestado en explicarle por qué tiene que ir a la guerra. Le resulta difícil entender porqué tiene que defender, aun a costa de su vida, una España que su gobierno cuartea y una Europa que le pone más zancadillas que beneficios. Ambos se llevan más de su dinero que los rusos que puedan venir. Y Mambrú tiene serias dudas sobre si España y sus aliados seguirán comprando gas y petróleo rusos mientras él se dedica a combatirlos. La verdad, llegado el momento, Mambrú no sabe si irá a la guerra.
¿Y si ya estamos en una guerra no declarada?
¿Y si los partidos políticos están haciendo su guerra?
Después de todo, la guerra es la continuación de la política por otros medios, como dijo Clausewitz.
1 comentario:
Puedes que sí, que estemos ya en una guerra. Un beso
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