03 marzo 2025

EL ESADO AUTONÓMICO

 El Estado autonómico.  

   
Los nuevos reinos de taifas. Másdiario.es

Érase una vez un gran país que, como todos los países, tenía problemas. No tenía muy claro las diferencias entre nación, reino, estado y país. Además era proclive al victimismo. Aprovechando que había salido de un periodo calificado como oscuro y se daba una oportunidad para empezar de cero. Quiso volver a soñar el sueño de su primera república de constituirse en una federación. Pero entre pros y contras decidió alcanzar un acuerdo y hacer un batiburrillo de nacionalidades y regionalidades y así transformar dos reivindicaciones de regiones, que nunca fueron reinos, en diecisiete  Se formó así un falso federalismo y se intentó hacer un club de diecisiete socios en el que dos de ellos siempre reclamaron ser diferentes y, por ello, un trato especial. Y el presidente del gobierno de turno les fue dando un trato cada vez más especial.

Y así nos encontramos hoy en ese gran país. Financiando dieciocho palacios para que las cosas vayan, si cabe, más despacio pero con mayor dispendio. Uno no sabría encontrar otra utilidad de las autonomías en el Estado o la del Estado en las autonomías que no sea otra que la del enfrentamiento y la eterna excusa: “Yo le pido al Estado lo que no me da” y “Las autonomías no me dan lo que les pido”, de ello encontramos la primera utilidad de la autonomías en la justificación de las unas con el otro y del otro con las unas.

Nos escribe Antonio Naranjo en El Debate un artículo titulado “La explotación electoral del dolor desde el 11-M a la dana” en el que nos recuerda casos de accidentes, desgracias, atentados y catástrofes en los que se ha hecho un uso electoral de las mismas que también lo ha sido de las víctimas. Nos recuerda el desastre de la Dana como ejemplo de cómo a partir de una desgracia se arremete políticamente contra un presidente para encontrar, antes que soluciones, un rédito político. La editorial de ABC publicaba ayer un breve artículo que titulaba “El Gobierno de los ministros fijos discontinuos” en el que se denuncia que cinco ministros tengan que adaptar sus agendas para cumplir con sus cometidos como primer representante del partido en su autonomía. Si la cosa va bien según el gobierno, imagínese como iría si estos ministros se dedicasen exclusivamente a las funciones propias de su ministerio.

El caso es que si fuese igual de bien habría que plantearse si en España sobran ministerios o autonomías. Pero los unos necesitan a los otros para eludir responsabilidades. Efectivamente,  la ministra de educación que no mejora los niveles de los alumnos españoles arremete contra la baja calidad de los resultados de los alumnos aragoneses. Las autonomías brindan la oportunidad de hacer oposición desde un cargo público, miren si no el rifirafe entre Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso. Si ante un problema, el que sea, el Estado desvía la responsabilidad hacia la autonomía y ésta hacia el Estado, llegamos a la conclusión de que la España de las autonomías es la España irresponsable.

En nuestro actual gobierno la gestión no existe, es una delegación constante. La política exterior viene determinada por la Unión Europea y por la Internacional Socialista, y la gestión del país cada vez yace más en las autonomías, véase el caso de la Dana. La función del gobierno se limita a la transformación social y, sobre todo, a seguir siendo gobierno, nominal, habría que plantearse si realmente ejerce un poder ejecutivo. No hay ni política ni planes de estado a largo plazo. Hay muchos culpables de esta situación pero niguno asume la responsabilidad.

 Si, es cierto, el Estado de las autonomías es un Estado irresponsable.  

1 comentario:

Susana Moreno dijo...

Es un estado chantajeado de forma permanente por Cataluña y País Vasco. Un beso