Nos convoca este jueves nuestra amiga Campirela y nos propone un viajar con los sentidos, que un olor, sabor, canción o sonido nos despierte un recuerdo que nos lleve a un sentimiento. No me siento muy alegre así que he decidido que se despierte un viaje al pasado y una sensación incómoda... o más de una
El cuento del remordimiento.
Realizaba Don Pedro su paseo matutino. Disfrutaba de hacerlo en soledad con sus soliloquios sobre cualquier tema. Se topó con una riña entre un niño mayor, casi joven, y uno menor, no más que un crío.. Se saldo la discusión con un sopapo del mayor al pequeño. Éste visiblemente disgustado con lágrimas en los ojos pero sin romper a llorar sólo dijo
— ¡Malo!
Era lo único que podía hacer por defenderse en aquella discusión desigual. El grito era a la vez una queja, un reproche, una acusación y una admisión de impotencia. La única salida que le quedaba al más débil de los dos.
Sintió Don Pedro una quemazón en su interior, le indignó tal abuso aunque no sabía el motivo de la discusión. Recordó su infancia. Había tenido muchas discusiones cuando era pequeño. Había sido una buena pieza. Había recibido y dado muchos sopapos en los recreos y a la salida del colegio. Su sentido del pundonor le había llevado a ello, creyéndose siempre cargado de razón. Eran recuerdos generales, no podía recordar los momentos exactos. La quemazón ya era un remordimiento que le taladraba el alma. Su mente había retrocedido muchos años y volvió a su casa sin ganas de soliloquios, atenazado por la tristeza que sin saber porqué le había provocado esa situación.
Pasó Don Pedro el resto del día triste y en silencio, dándole vueltas a la causa de ese remordimiento. Rebuscaba en su pasado con el sentimiento añadido de haber hecho algo tan grave que lo había tenido que desterrar de su memoria. Ese “malo” resonaba en su mente como un aviso.Llegó la noche y le costó dormir.
No supo si fue un sueño. Se encontró en una bronca siendo niño, casi adolescente, con otro chico más pequeño que le había dado un patada a su balón cuando el casi iba a marcar un gol. Su reacción fue darle un sopapo e irse de nuevo a jugar, no prestó más atención. Pero ahora recordaba que el niño que le fastidió el tanto le llamó “malo” de una forma muy parecida.
Al remordimiento se unió el arrepentimiento, le gustaría pedir perdón a ese niño.... pero pasados cincuenta años era demasiado tarde.
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4 comentarios:
Cosas que nos marcan durante el día se pueden convertir en un mal sueño por la noche.
Un saludo.
Gracias, por tu aporte, y mira lo que ese acontecimiento le llevo a la memoria de Don Pedro.
Una sola palabra lo que nos puede dejar en el subconsciente.
Creo que Don Pedro, solo con el gesto de acordarse y arrepentirse, ya ha sido perdonado.
Un abrazo, y muy feliz casi fin de semana.
Dom Pedro num exame de consciência, voltou ao passado e reviu a cena. Após 50 anos, não pode pedir perdão pessoalmente, porém sentindo bem profundamente no coração, arrependio de verdade, já foi perdoado!
Adorei! abraços, tudo de bom, chica
Es muy habitual que los mayores abusen de los pequeños. Un beso
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