Independencia
Les ruego me perdonen. Me he hecho independentista. Me da lo mismo que mi próximo país sea mi barrio, mi comarca, mi provincia o mi región. Quiero romper todo vínculo con España. Hay motivos para estar orgullosos de su pasado, avergonzados por su presente y deprimidos por su futuro. Nuestros políticos nos invitan a romper con nuestro pasado. Nuestra élite gobernante está convencida de que no hubo España antes de 1812. Si nos lo creemos resultará que somos un desastre. Mirando tan breve pasado y viendo el presente nos hemos quedado sin cimientos para el futuro.
Lo he dicho muchas veces, hay males endémicos que somos incapaces de solucionar. La corrupción es un arma arrojadiza actual. Todos los partidos que han estado en el gobierno han tenido problemas de corrupción. Las soluciones propuestas han sido añadir más burocracia. Hay quien definió la corrupción como el “lubricante de la economía”. Con esto quería decir que los escollos que presenta la burocracia se salvan untando algún que otro bolsillo, así se aceleran el cumplimiento de los proyectos... o se paran. El balance final es que somos corruptos y tenemos facilidad para ello.
El paro es otro de nuestros males endémicos. Somos incapaces de generar trabajo. La solución que se ofrece es pagar al parado o recurrir a la semántica creando un nuevo término — fijo discontinuo — que viene a definir un parado reciente que puede volver a trabajar. Algo parecido a decir que tengo un coche roto, pero que puede hacer cualquier viaje porque lo puedo arreglar. Admitida nuestra incompetencia para generar trabajo y que la solución sea que una parte de la población mantenga a otra parte llegamos a la conclusión de que estamos pagando el bienestar del estado en vez del estado del bienestar. Uno tiene la impresión de que el estado se enriquece a costa de empobrecernos.
Otro baldón que nos pesa es la educación. Algo que debería ser más solución que problema. Cada relevo de partido en el poder se ha hecho una nueva ley orgánica de educación. No se enseña lo que es España, pero si se enseñan los localismos que nos hacen diferentes. El nivel cada vez es menor. El fracaso escolar se soluciona aprobando, sin fomentar el estudio o la adquisición de conocimientos. Mas bien parece que el objetivo es formar ciudadanos sumisos antes que inteligentes y con cultura. Como si el estado pretendiese una rebaño antes que un pueblo.
Parece que ahora la voluntad de consenso, de diálogo, de aunarnos para lograr un objetivo común o de coincidir en las prioridades está perdida. Tan perdida que los que tengan que gobernar mi futura nación ya llevan consigo el germen de la podredumbre, que serán los mismos políticos que hoy pudren a España los que seguirán pudriendo a mi nueva e independiente nación. Así que no vale la pena ser independentista. Podría recurrir al anarquismo, destruir todo lo que hay para crear algo nuevo que, con el abono que hay, será más de lo mismo.
En fin, que no me queda más solución que ser independiente en vez de independentista, y poner mis esperanzas en una institución fiable antes que en supuestos embaucadores que me quieren hacer creer que son los nuevos mesías..
1 comentario:
Me temo que tiene poco arreglo. Un beso
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