Nos vuelve a convocar para este jueves nuestra amiga Campirela, En esta ocasión el reto se llama “escribiendo el primer día del año” en el que nos propone escribir un relato ligero, emotivo o reflexivo y nos da algunas ideas que podemos leer en el enlace. El año nuevo supone una hoja en blanco que vamos a escribir, todos deseamos hacerlo con buena letra, sin tachones., con reglones rectos y márgenes exactos pero al final queda lo que nos sale. Yo he decidido continuar con la historia del milagro navideño y trasladarnos a la cena de nochevieja...
Tribulaciones después del milagro
Charo no cabía en sí de gozo desde la Nochebuena. Se veía cuidando de su hija, más bien mimándola. No podía evitar imaginarse arreglando la casa de su hija y la de “ese”, ordenándola y preparándola para la llegada de su nieta. Charo había decidido que iba a ser niña. Se haría cargo del hogar, ya que su hija no podría y “ese” no sabía. Era una labor lenta, de hacerse poco a poco. Sin que se percataran. Había decidido empezar esa misma noche. Lo festivo le facilitaría su primer intento.
La cena fue abundante, Charo sintió con cierto resquemor que su plato tuviera que compartir las alabanzas con el que llevó la madre de “ese”. Tomaron las uvas, Decidió guardar la ocho y la nueve, ya que pensó que eran los meses que tenía más probabilidad de nacer su nieta. .
— ¿Habéis pensado ya algún nombre para el roro?
— Si — comento “ese”— pero no queremos decir nada hasta que no sepamos si va a ser niño o niña.
— ¡Qué tontería! — protestó Charo— ¿qué más os da?
— Queremos evitar discusiones o malentendidos — intervino su hija..
— ¿Qué te parece que no quieran decir el nombre que tienen pensado para la nieta?
— Mal, muy mal, yo tenía escogido el nombre de Damián para mi nieto.
— Yo había pensado Marina, porque creo que va a ser niña.
— Yo estoy convencida que va ser niño.. Veremos. Le estoy comprando ropa.
— Yo también.
— Además he visto una tienda de decoración para la casa de nuestros hijos, creo que quedaría muy bien.
— Yo también me he fijado en algunas cosillas. Deberíamos ponernos de acuerdo no sea que terminen con muchas cosas repetidas.
— ¿Quedamos para el martes y vamos viendo?
— Vale, el martes.
Charo decidió que antes de instalarse en casa de sus hijos tenía que vigilar a su consuegra. Parecía que también había tramado algo.
Entretanto su hija y “ese” se miraban con complicidad. Habían resistido el primer asalto.
Próspero 2026 a todos.
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2 comentarios:
Ay, esas madres, que lo quieren todo ordenar a sus hijos.
Gracias, por este ameno y muy acertado relato , esas son las cosas de la vida, el querer estar en todos los saraos, aunque eso no sea lo que corresponde.
Un abrazo, y que tengas un buen comienzo de año. Un brindis y mucha salud.
Adorei a história que parece bem real,rs... Torço pelo nome ce MARINA, que é o da minha netinha...
Que 2026 traga paz , alegria e esperança para o coração. Que seja um ano colorido e lindo! Feliz ano novo!
beijos, chica
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