28 julio 2025

LA JARDINERÍA Y YO

La jardinería y yo.



Ya he dicho muchas veces que soy un negado para el hogar. Si bien entiendo la multitud de interruptores e indicadores que hay en un coche, me echan para atrás las ruedas que tiene una lavadora y sólo intentar hacer un lavado me provoca mareos. Cosas de la vida. Admitiendo mi incompetencia en casa me ha llegado la hora de admitir mi ineptitud fuera de casa, en el jardín la terraza o el patio de turno.

He intentado plantar un huerto urbano en la terraza de mi cocina consistente en dos tiestos, cada uno con su tomatera. Durante tres años he visto crecer la planta y ver que con riego o sin riego, y con luz o sin luz, han acabado secándose y casi a la vez. 

Puse en agua un tronco del Brasil, venía con instrucciones y todo. Dicen que da buena suerte, pero éste había debido dar toda su suerte y se quedó sin ninguna. A los dos meses de estar en el agua, sumergido en una tercera parte, empezó a oler mal y la parte mojada como que se desintegró. Espero que hoy sirva de compost para otras plantas.

Cuando me compré la finca mantuve las encinas cuando me hice el chalet, y eso que me ofrecieron cortarlas. Pero las encinas no son agradecidas, que sean un árbol de hoja perenne no significa que no las pierda. Mi relación con las encinas se ha convertido en un continuo barrer hojas de octubre a agosto, en septiembre además de hojas barro una bellotas duras, casi imposibles de pelar y de un sabor amargo que hasta los cerdos rechazan. Alguien me dio la idea de hacer compost con tanta hoja, no debe ser muy bueno cuando las bellotas no han llegado a terminar en el mismo, aunque cuando están en cualquier lado de la finca que no haya ese compost empieza a crecer una inoportuna encina. Creo que tienen algo contra mi, al final mi cuidado de las encinas aumenta a barrer las hojas, en septiembre también las bellotas, y arrancar los numerosos brotes de pequeñas encinas. Me arrepiento de haberles salvado la vida.

Un vecino me invitó a plantar lo que tenían otros vecinos plantado y así lo hice. En las parcelas circundantes la hiedra crece tupida y con facilidad. Pero no lo hace en mi parcela, si la riego se seca y si no también se seca, debe tener parentesco con los tomates. Lo triste es que si ha crecido alguna lo ha hecho hacia las parcelas de los vecinos, en la mía ya lo he dicho se secan. Pero para colmo las hiedras de los vecinos que entran en mi parcela también se secan. Hay veces que pienso que mi parcela es el infierno de las plantas.

Comprobando el destino seco de todos mis proyectos, y por si fuese un problema de riego, otro vecino me recomendó probar con los cactus. Y así lo hice, que por mi no quede. Planté alohe y unos cactus que vendían en el chino, no sé su nombre y especies pero puedo asegurar que tienen pinchos que pinchan y pican, lo comprobé al trasplantarlo. Mi mujer que es sabia me comentó que "para eso es mejor ponerse guantes" y tenía razón, como siempre. Los cactus aguantaron un poco más que la planta estándar pero se secaron cuando empezaron a caer las bellotas, los alohes se congelaron en invierno.

Admitida mi derrota, mi rendición consiste en barrer las hojas de encina, en septiembre con bellotas. Y mi nueva idea de cultivar es la de comprar plantas de plástico en un chino. Algunas dan el pego, pero se decoloran al mes, ahora además de comprar en el chino plantas de plástico también compro pintura y una escoba para barrer hojas de encina (y bellotas en septiembre). 

Pero esto empieza a ser otra historia.

4 comentarios:

Susana Moreno dijo...

Un bosque de encinas también tiene su encanto. Un beso

LUFERURA dijo...

Si no tienes que barrer la hojas y, en septiembre, las bellotas es muy bonito.
Un saludo

María dijo...

Igual me pasa a mí en casa. Soy un desastre para las plantas, siempre se me mueren, pero es porque se me olvida regarlas y cuando las riego las ahogo jajaja. Me rindo. Mejor de tela.

Un abrazo.

Trecce dijo...

Parece broma, pero estas cosas ocurren.