Tomar precauciones o saber que se está leyendo.
Nos avisaba Enrique Jardiel Poncela que "Historia es, exactamente, lo que se escribió, pero no sabemos si es lo que pasó". Lo he citado antes, pero siempre es bueno recordarlo. Las leyendas pueden o no tener una base histórica, cuando la tienen la historia original se ve adornada. Se añaden, eliminan o cambian personajes y al final tiene más de cuento que de historia, es más novela que documento. Los episodios nacionales son narraciones basadas en hechos reales, Gabriel Araceli no estuvo en Trafalgar, Bailén o Los Arapiles. Sin embargo sus peripecias nos entretuvieron bastante y algo, aunque sea un poco, aprendimos. Son una obra maestra, pero no una crónica.
Mi abuela me contaba cuando era pequeño y no me podía dormir las historias de Iñaki Ondabarrieta, de Zarauz, que le gustaba bañarse y que un día, el mismo que Magallanes y Elcano partieron con cinco naos desde Sanlúcar de Barrameda hacia el sur, el se puso a nadar hacia el norte desde el puerto de Zarauz. Nadó hacia el norte y cuando se encontraba con una masa de tierra, la rodeaba hasta que al norte había sólo mar. Sólo hizo una excepción, se encontró con un bloque de hielo y lo pasó por debajo, buceando. Hubo un momento que Iñaki tuvo que cambiar el sentido de su viaje y en un momento determinado nadó de norte a sur en un inmenso océano que no sabía cómo se llamaba, pero era agua salada y era mar, a secas. Y ocurrió rato más o rato menos en el mismo día que tres naos de Magallanes se adentraban por el extremo sur del Pacífico. Y siguió nadando sin novedad hasta que llegó a su pueblo natal con la barba de cuatro años y un poco más delgado.
Lejos de dormirme, y para desgracia de mi abuela, la historia picó mi curiosidad, así que empecé a preguntar a mi abuela:
- Abuela, ¿Qué pasaba si había olas grandes?
- Era vasco, y para él no había olas grandes.
- ¿Y cuanto aguantaba debajo del agua?
- Era vasco, aguantaba lo que quería.
- ¿Y no dormía?
- Los vascos aprenden a nadar dormidos y a dormir nadando.
-¿Y qué comía?
- Como era vasco comía como las ballenas, una especie de marisco muy pequeño que vive en el mar. Menos una vez que se peleó con un tiburón y se lo comió.
-¿Crudo y nadando?
- Que era vasco, no le des vueltas a esas chorradas.
-¿Y cuando llegó a Zarauz?
- Un día antes que Elcano, que también era vasco, pero de Guetaria, no de Zarauz.
- ¿Y donde puedo leer la historia de Iñaki Ondabarrieta?
- No se puede leer, era el más modesto de los vascos y no quiso restarle importancia al de Guetaria, así que no se lo contó a nadie.
- ¿Y tú como lo sabes?
- ¡Anda! ¡Duérmete ya!
Durante mucho tiempo no hemos sabido dónde estaba ubicada la civilización de los Tartesos, los arqueólogos últimamente la van ubicando a través de sus hallazgos en las excavaciones. Pero hace unos años un experto catalán la ubicó en el Delta del Ebro, no podía ser de otra manera, el que una ciudad se llame Tortosa es pista suficiente y motivo para asegurar que cuando arribaron fenicios y griegos a la península los catalanes de entonces ya estaban civilizados. Posiblemente este experto catalán encuentre en la obra de Aristóteles algún indicio de que el filósofo griego viajó una vez a Tortosa y escribió su obra como producto de un dictado de los antepasados de los catalanes.
Entre 1877 y 1879 el escritor Francisco Navarro Villoslada publicó, por entregas, una novela titulada "Amaya o los vascos del siglo VIII". Antonio Elorza comentó, pasados más de cien años, que "esta novela histórica se ha de convertir en uno de los textos de mayor eficacia en la formación de la conciencia nacionalista". O sea que parte de las raíces que conectan a Navarra y País Vasco se basan en una novela, inspirada en Walter Scott, el equivalente a decir que las raíces inglesas se originan en Ivanhoe.
Yo podría escribir mis andanzas por el Maestrazgo, e incluso alguien podría leerlas, y describir algunas de las costumbres propias de esa tierra. Pero debería avisar que nunca he estado allí, y la coincidencia entre la tierra de Morella descrita y la real sería por haber visto fotos y recopilado algunos documentos.
Y tengan en cuenta que vivimos en una sociedad que cuenta muchos cuentos (basados en hechos reales).
2 comentarios:
Es que hay mucho "cuentista" y gente a la que le vienen bien para sus intereses esos cuentos. Y después están los que se tragan los sapos, unos porque cuentan lo que quieren oír y otros por pura ignorancia.
Muy cierto, hoy hay que tomarlo todo con cierta precaución.
Un saludo
Publicar un comentario