La España irresponsable.
Se veía venir. Lo he vivido. Ya desde hace tiempo muchos gestores no han jugado la baza de mejorar la organización dela que eran responsables, han preferido asegurar no ser culpables de lo que pueda salir mal. Su labor gestora ha consistido, fundamentalmente, en lavarse las manos y cuando han reivindicado algo ha sido algo parecido a "jefe, aparte de mi ese cáliz". Es como una plaga que se ha extendido. Cuando a un jefe de bomberos le pregunté por qué no estaba en el arranque de un avión su respuesta fue que " no le avisó el servicio de pista", la culpa era, entonces, del que tenía que aparcar los aviones. No entendió el jefe de bomberos que el era el responsable de que los bomberos estuviesen de guardia al arranque del avión y, lo que es peor, tampoco lo entendió su jefe. El culpable era el señalero, el que no era bombero y sólo tenía que quitar los calzos del avión. Encontrado un culpable eludida la responsabilidad.
No es un caso único, si un taxista se equivoca con la dirección la culpa es del pasajero que no le ha indicado bien o del GPS que no ha controlado bien. De nuevo, encontrado un culpable, eludida la responsabilidad. Era cuestión de tiempo que los modos y formas del jefe de bomberos y de algunos taxistas se trasladara a las cúpulas de las organizaciones. La cultura de la irresponsabilidad se extiende. Los dirigentes adoptan la actitud de "yo sólo pasaba por ahí".
En cuestión de un par de meses ha habido un apagón, numerosas suspensiones de servicios ferroviarios, problemas de corrupción, putas colocadas, hermanos enchufados y una esposa con privilegios. No hay ningún responsable de ello, solamente "no culpables", los que pusieron la manos en el fuego por sus amigos y compañeros guardan silencio y defienden su inocencia. Nadie les dice que asuman la responsabilidad delo declarado. Seguramente porque preferimos a un culpable que a un responsable al que exigir. Costumbres de nuestro tiempo.
Los titulares hablan de caos ferroviarios y en el aeropuerto. En realidad España está patas arriba con unos españoles que cobran un sobresueldo para no tener responsabilidades mientras otros españoles pagamos cada vez más impuestos en un mercado en el que los productos son más caros. Y no hay responsables para hacer frente a esta situación , sólo muchos culpables, todos ellos ambiguos, el ladrón de cobre, la tensión de la catenaria, que se hacen muchas reservas, que se han perdido unos cuantos megawatios en cinco segundos o que si las compañías privadas. Explica iones que eluden la responsabilidad.
Y en especial tenemos al ministro Óscar Puente, presto y puntual para elogiar al "puto amo", llamar "saco de mierda' a un periodista o "resentido" a Eduardo Madina, un compañero socialista. Resulta que todas sus pendencias sólo sir ven para admitir, implícitamente, su irresponsabilidad. Y podemos trasladarlo a un gobierno empeñado en aguantar, ajeno a lo que pasa, empeñado en no ser culpable y no ser responsable de nada.
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