19 junio 2025

TRANSICIONES

Transiciones.

Gallego & Rey. El Mundo.19.06-2025

Publica hoy ABC en La Tercera un artículo que firma  José María Barreda y lleva por título “La Transición superó al cainismo”, supone el artículo un elogio a la Transición y una descripción de una España que desde la Guerra de la Independencia a venido a sufrir durante más de un siglo un enfrentamiento entre españoles de casi más de un siglo y que, en demasiadas ocasiones, ha sido una guerra civil. Atribuye a la Transición el fin de este enfrentamiento aunque creo que es discutible y podríamos plantearnos si ésta tuvo su final durante el franquismo. A la muerte de Franco había mucha incertidumbre, diferentes opiniones y muchas opciones, pero el enfrentamiento no era opción, que no debía haberlo una opinión compartida y, desde luego, casi nadie lo consideraba una opción (los terroristas, como siempre, firmaron la extensión). Hoy la Transición se considera por los que no la vivieron como una claudicación en vez de un acuerdo. Una claudicación, como un acuerdo, implica cesiones, en un acuerdo todos ganan y mejoran, mientras que en una claudicación hay vencedores y vencidos. La Transición implicó una cesión de los partidos que aspiraban al poder a cambio de de que todos los españoles ganásemos.

La Constitución supuso mi primer ejercicio de voto en blanco, fue una costumbre durante mucho tiempo. Voté con la sensación de que fuese cuál fuese el resultado ganábamos todos, se repetía la misma sensación que tuve en las primeras elecciones que, por edad, no pude votar. Independientemente de las siglas del partido del gobierno, los españoles ganábamos algo. Y siguieron más elecciones, y a pesar de que España pasase de cuarenta años de Franco a catorce de Felipe González y ocho de Azar no se me quitó la sensación de que con cada jornada electoral ganábamos todos aunque el vencedor respondiese a las siglas de un partido. Creo que mi voto en blanco tenía más utilidad entonces.

Perdí esa sensación con Zapatero, ganó unas primarias en su partido surfeando entre el enfrentamiento de facciones y venció unas elecciones beneficiándose del encontronazo provocado por la mala gestión de un  atentado. Más que sus promesas convencieron sus discrepancias. Y creo que con Zapatero no ganaron todos los españoles. Tampoco tuve ese sentimiento con Rajoy  y con Pedro Sánchez, y no tengo la sensación de que en las próximas elecciones ganemos los españoles. Por mal que fuesen las cosas, hasta Zapatero, todos estaban en condición de ofrecer un buen futuro. Los  ofrecimientos tras Zapatero se limitan a deshacer el desaguisado o a agravarlo, según se mire. Si antes se ofrecía mejorar ahora nos tenemos que conformar con la promesa de que si gana otro las cosas irán mucho peor de lo que van. Y lo malo es que nos parece bien y se le aplaude al orador de turno haciendo eco de la clac de turno. No hay figura más triste y patética que la del orador del partido al frente de una comitiva en silencio que asiente, niega, ríe o se indigna al son del discurso (hay que admitir que no sólo pasa en la elecciones españolas, el borreguismo es internacional).

Y creo que la Transición estaba ligada al sentimiento de que ganábamos todos fuese cuál fuese el resultado electoral. La Transición no se borra de un día para otro, se ha difuminado a lo largo del tiempo hasta desparecer, los tiempos han cambiado y los partidos viven del enfrentamiento, se alimentan enfrentando y lo paga España y los españoles. Cada día somos menos, vamos un poco más a lo peor y no dejamos de avanzar hacia el abismo. 

1 comentario:

Susana Moreno dijo...

Porque ahora casi todos son globalistas. Un beso