Los mensajes de Europa.
Publicó ayer ABC en la tribuna un articulo que firma ürsula Von der Leyen y Jessika Roswall titulado “Invertir en la naturaleza”. Llámenme malpensado o malintencionado, pero soy de la opinión de que doña ürsula lo ha firmado y lo ha escrito doña Jessika al dictado de las lineas maestras dadas por la primera. No puedo demostrarlo, pero me da ese pálpito.
Nos dice de la necesidad de cuidar de la naturaleza, lo caro que resulta no preocuparse de ella y anuncia la creación de “créditos naturaleza” como una herramienta para crear un sistema que incentive al sector privado invertir en naturaleza., generando ingresos para aquellos que se dedican a cuidar la naturaleza. Anuncia a partir de aquí las bondades que va suponer este sistema para la naturaleza, ya que su cuidado no es sólo la reducción del carbono... prepárense para la aparición de nuevas huellas.
Lo inquietante comienza cuando un en un párrafo sugiere las primeras medidas:
“Para que los «créditos naturaleza» tengan éxito, necesitamos un sistema riguroso de medición y métodos sustanciales para cuantificar los logros. Necesitamos estructuras de gobernanza sólidas y un acceso justo para la población local. Necesitamos previsibilidad para atraer inversores locales. Necesitamos sistemas de verificación y una verdadera transparencia para prevenir el blanqueo ecológico. También debemos evitar cargas administrativas onerosas para que adherirse a esta labor resulte fácil y atractivo.”. Esto es la cuadratura del círculo, anunciar más burocracia (que es más control) pero que sea atractiva. Parece haber olvidado las manifestaciones de los agricultores. Volvemos a la sempiterna promesa de disminuir el papeleo y los protocolos para aumentarlos con cada nuevo propósito. Nadie se creería que ordeñar una vaca significaría dedicar una hora a la labor de estrujar las ubres de la Jacinta y tres horas rellenando los papeles para hacer una exacta trazabilidad de la Jacinta que no terminará de ver el beneficio de los “créditos naturaleza” que posiblemente aumente humerales y espacios naturales a costa del heno que pueda rumiar.
Y es que es la constante de nuestros días: Los “nuevos derechos” que disfrutamos como el aborto, la eutanasia, el derecho medioambiental, a la buena salud y los que puedan determinar nuestras mentes pensantes nos llevan a estar cada día más controlados, más vigilados, a dar más explicaciones y no recibirlas y, lo que es peor, a ver más limitados nuestros “derechos antiguos”.
2 comentarios:
Miedo me dan esta gente y sus decretos. Un beso
Qué razón tienes, LIFERURA, que cada vez estamos más controlados, por Bruselas, y es que además, todo más complicado, más burocracia, más papeleo, y menos dueños de las cosas. No sé dónde nos están llevando, pero veo una catástrofe.
Un abrazo.
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