30 enero 2007

ELEGÍA (1)

Ayer me diste una noticia que esperaba, pero me cayó como una losa, me dijiste que el cancer se ha extendido y que no hay nada que hacer sino esperar... y que luego podrás descansar. Lo sabía porque había soñado con papá y me dijo hasta el número de días que quedaban para que te reunieras con él.
.
No te lo he dicho, pero no tenemos una muerte digna si no hemos tenido una vida digna, es la vida, y no la muerte, lo que nos dignifica. Quiero que sepas que tu vida, aunque pueda parecer incompleta, ha estado bien vivida. Tu familia y amigos no podemos echarte nada en cara y agradecerte lo mucho que has hecho por nosotros y lo que siempre he disfrutado de tu compañía. Sabemos que has dado lo mejor de ti, que has sido buena esposa, madre, hija y hermana, que has luchado y hecho luchar, y que como gran profesional has salvado muchas vidas y reparado muchos cuerpos.
.
Pero la noticia me hunde , me hace sentir miserable por impotente, por no poder hacer nada, por no saber qué decir. Ahora cada discusión que tuve contigo me parece vana, pero las recuerdo con cariño, a la vez que me arrepiento de lo que te pude decir que te doliese. Se que la vida es un tránsito, que termina con la muerte, pero nunca estaremos preparados. Es cuando nuestras ilusiones, planes, amores y afectos se convierten en más carga que esperanza. Nos hacen sentir todo lo que nos queda por hacer y que nuestra vida nunca estará suficientemente vivida. Pero no es así, quedamos en los recuerdos de los demás, algo queda de nosotros en este mundo e indudablemente nuestro espíritu encontrará algo más allá que nadie ha sabido explicarnos, allí nos veremos todos en algún momento.
.
Pero lo que más me duele es no poderme enfrentar a la muerte, saber que no hay ningún remedio. Quizá te haga gracia, pero hasta he intentado negociar cambiar tu enfermedad. No te lo mereces, nadie se lo merece, no hay consuelo para nadie que te quiera, y no puedo encontrar nada que pueda consolarte o animarte que no seas tu misma. Me será doloroso ver a tu hijo, pero a la vez me dará la alegría de tu recuerdo. Me dará pena hablar con tu marido, pero me sentiré más cerca de ti. Seguiré visitando a mamá sabiendo que su pena no tiene otro consuelo que dejarla sentir porque me dirá que el dolor es lo único que le hace sentirse más cerca de ti y será verdad.
.
Noto que me gustaría decirte todo lo que no te he dicho y descubro que, en realidad, lo sabes todo. Que no me ha hecho falta decírtelo para que lo sepas, que tu lo has ido descubriendo. Que después de todo el tener la misma sangre ha significado algo, que el ser hermanos nos ha hecho amigos, y que siempre te he tenido cuando te he necesitado, ya haya sido para bien o para mal. Los malos momentos, también los hemos tenido, ahora me parecen que han servido para que nos conozcamos mejor y te tenga el respeto que te tengo.
.
Pero sobre todo tengo remordimiento, siento que no he podido hacer por ti todo lo que debiera y, aunque se que no hay culpable, siento ser tan impotente ahora. Tanto que la lejanía me hace confundir impotencia con desidia, tanto que cada pensamiento que no sea en tu situación me hace tener el sentimiento de estar pecando.

No hay comentarios: