05 julio 2007

NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER

Hoy El País y ABC nos obsequian con sendos artículos consecuencia del pasado debate sobre el estado de la nación. El de ABC tiene un título significativo "Zapatero, más sólo", él de El País no lo es menos "Decepción en las filas del PP con la actuación de Rajoy en las Réplicas". Posiblemente tengan razón los dos y desde luego interesa a cada medio evidenciar la paja en el ojo ajeno más que la viga en el propio.
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Me imagino, y sólo es producto de mi imaginación, que algún miembro del partido socialista le habrá dicho a Señor Zapatero, en la intimidad y a teléfono cerrado, que "este despropósito de dialogar con ETA nos ha hecho mucho daño". Me resulta difícil imaginar que no haya quien se ha puesto a trabajar para obtener de la ruptura de la tregua un beneficio político. Pero resulta difícil y descabellado, desde el atentado en la Terminal 4 estaba claro que cualquier posibilidad de llegar al fin de la violencia era la tercera víctima del asesinato. El proceso se ha mantenido más que nada por cabezonería absurda y esperanza, casi diría, temeraria. Pero también habrá un popular que le haya dicho a don Mariano que "te estás poniendo ya un poco pesado en el proceso y déjate de preguntas tontas, que te pones más en evidencia de lo que queda el Presidente". Pero cuando no se dispone de un clavo ardiendo al que agarrarse, la prensa los proporciona.
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Nos empeñamos en seguir queriendo declarar un vencedor del debate, para ello unos acuden a lo mal que lo hizo el señor Rajoy insistente en solicitar unas actas. Los otros se escudan en la bravata (o quizás no) de los 2500€ por crío. Y el caso es, que como dice el refrán, "no hay peor ciego que el que no quiere ver". Y es que no queremos ver que hemos sido burlados, que realmente no importa tanto vencedor o vencido si no llegamos a entender cual es el estado de la nación. Pero el mantenernos en la ignorancia beneficia a unos y otros, las grandes incógnitas se mantienen y nadie ha propuesto cómo frenar de una vez por todas la subida de la vivienda, o la de los puntos de interes. Animados por la bonanza económica no se han planteado que ésta se da a costa de los salarios.
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Un debate del estado de la nación debe contemplar los logros que se han hecho y los problemas que condicionan nuestra existencia, así como la solución de los mismos. No quererlos ver,- lo que hacen los políticos- seguirles el juego y no denunciarlo- lo que hace la prensa- equivale a ponerse una cinta en los hojos y lo que es peor ponersela a la sociedad que todos formamos.

02 julio 2007

DONDE LAS DAN, LAS TOMAN

Hoy El País publica que el Arzobispado de Valencia promueve la construcción de un templo, iglesia me imagino, en honor a los muertos del bando franquista. El templo va a tener el nombre de "Parroquia Santuario de los Beatos Mártires Valencianos". No me gusta como se da la noticia, no sé si los mártires valencianos fueron realmente mártires, pero el término si sugiere una muerte violenta y provocada, una ejecución. Cuando el autor del artículo se refiere a ellos como "muertos del bando franquista" transmite una benignidad hacia el bando republicano que, por supuesto, no transmite al franquista cuando se refiere a los "cientos de personas que fueron ejecutadas tras la guerra civil". No parece el artículo estar muy a favor de la construcción del templo. No me extraña y no la alento. Pero creo que esto no son más que consecuencias de la controvertida Ley de la Memoria Histórica.
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No estoy a favor de esta ley por muchos motivos, ninguno de ellos motivado por mis convicciones políticas, que no las tengo ni van más allá de una profunda aversión por cualquier miembro de nuestra clase política. No estoy a favor porque se trata de escribir otra historia oficial e igual de oscura de uno de los periodos más tragicos de nuestra historia. No estoy a favor proque sigue dividiendo a España en buenos y malos e incita a echarse en cara lo malos que fueron unos y lo peores que fueron otros. No estoy a favor porque intenta hacer de vencidos vencedores y humillar a los que la vencieron hace ya tanto tiempo sin tener en cuenta que sólo hubo un vencido: el pueblo español (y no me importa ahora quien le hizo más daño). No me gusta porque supone que corrió sangre roja y azul, que sólo hubo víctimas en un bando y que éste fue incapaz de causar ningún daño. No me gusta porque niega evidencias tales como que la mayoría de españoles sufrimos el franquismo, que en la República se quemaron iglesias y se cometieron otras barbaridades, que la guerra fue consecuencia de una cadena de asesinatos perpetrados por izquierdista y derechistas. No estoy a favor, sobre todo, porque a estas alturas no le veo más necesidad que la de apuntar un tanto al actual gobierno.
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Es triste comprobar que esta ley abre más nuestras diferencias, invita a responder al victimismo con victimismo, a la violencia con violencia y a las acusaciones con peores acusaciones. Una ley que no consigue más que cada uno endurezca sus posturas, sea mas inamovible y más conservador, reaccionario y extremista. Una ley que confirma el refrén que reza "donde las dan, las toman". Tengo la esperanza de que los españoles sepamos mantenernos una vez más por encima de las trifulcas que se avecinan.