01 julio 2021

Frente a las noticias


Hubo un señor en el siglo XIX, no me acuerdo quién, que hizo una denuncia de la abundancia de publicaciones que había en ese momento refiriéndose a un desconocido genérico como "aquel señor que leía tanto que no pensaba". Hoy podríamos decir algo parecido en muchos sentidos, desde que nos dedicamos a recopilar tanta documentación que no nos da tiempo a leer hasta que la actualidad pasa tan deprisa que no nos da tiempo a reflexionar sobre los hechos que acaecen a nuestro alrededor. Dicho de otra forma los detalles en el panorama cambian tan rápido que no podemos hacernos una idea del paisaje que deberíamos contemplar.

En los medios de comunicación hoy pesa más la opinión (por qué, para qué y cómo)  que la información (que, quién , cuando y donde). Es lo mismo que decir que los medios son los que analizan la información por nosotros y extraen las consecuencias. En su caso, análisis y consecuencias, siempre refuerzan su línea editorial, una opinión. Y a nosotros, los lectores, nos gusta constatar cierto refuerzo a nuestras ideas sin pensar hasta qué punto estamos distorsionando la realidad o hasta qué punto participamos en esa deformación. La consecuencia es que estamos leyendo tantas opiniones que al final nos dedicamos a adherirnos a una corriente mientras olvidamos los diferentes matices que hacen que nuestra opinión sea única. En resumen: estamos expuestos a tanta opinión que al final no tenemos una.

Y es que si leemos un diario, el que sea, vemos un telediario, cualquiera, y nos tomamos un tiempo (ese que cada vez es más escaso) en pensar en lo que hemos visto o leído descubriremos que la información se ha diluido entre declaraciones y diferentes "análisis", descubriremos que, en el mejor de los casos, se nos brinda a donde dirigir nuestra opinión: a favor o en contra. Realmente se nos invita, repito, en el mejor de los casos, a tomar una posición, pero no tenemos la ocasión, y eso solo depende de nosotros, de hacernos una idea de la situación. Pocas veces apreciamos la trascendencia de un hecho y en menos ocasiones reflexionamos en sus consecuencias. Expectantes y crédulos, nos limitamos a sufrirlas.

No es para menos, la conclusión inmediata es que la humanidad se está convulsionando, que asistimos a una especie de suicidio colectivo y que no podemos hallar una forma de convivir y organizarnos. A partir de aquí debemos obligarnos a reflexionar más detenidamente si en realidad asistimos a una moda de presentar la información. Es evidente que lo catastrófico se vende mejor que lo idílico. Vamos que preferimos el impacto a la tranquilidad, nos afecta más el desasosiego y la incertidumbre. Hoy por hoy, si una noticia no se refiere a una catástrofe, no provoca desasosiego y no explota la incertidumbre simplemente no es noticia

No nos engañemos, estamos inmersos en una guerra en la que la información es un arma. Cada medio emisor de información que se precie atiende a un programa en el que contempla qué, como, cuando, para qué y a quien informar. Por esta razón un hecho tiene explicaciones dispares. No se falta, en ningún caso, a la verdad; hay diferentes interpretaciones conformes a diferentes líneas de opinión. 

Está guerra tiene dos vertientes: la económica y la política. En ambos casos el público es un objetivo y en ambos casos la información se ofrece para que resulte lo más atractiva a una audiencia determinada. Ello implica que siempre va haber cierta manipulación que irá aumentando según haya que responde al qué, dónde, cuando, por qué, para qué y cómo (sobre todo en estas tres últimas).  Y según se va llevando a cabo esta manipulación en la que priman la percepción del autor y su opinión sobre la ponderación y la reflexión. La noticia tiene que salir mientras el tema está caliente y las prisas no son una garantía de calidad informativa (sobre todo en lo referente a un análisis). Indudablemente la comunicación persigue un objetivo que, en muchas ocasiones, escapa a la comprensión de la audiencia, que se limita a ponerse a favor o en contra de una medida.

No busquemos otros culpable que no sea nuestra actitud a la hora de enfrentarnos a una noticia. Los medios de comunicación hacen lo que deben de hacer: ganar dinero. No nos debe extrañar que A3Media ponga a disposición de los espectadores dos formatos de telediario tan dispares como el de Antena 3 y el de la Sexta, es información a la carta con una tendencia diferente que le permitirá tener más audiencia. Algo parecido sucede con la prensa escrita, un mismo grupo puede tener diferentes líneas editoriales. Y también hay otros medios que reciben subvenciones para ser la voz de su amo. Es interesante, a la vez que apasionante, el conocimiento y estudio de este entramado.

En todo caso debemos tener en cuenta el papel que los lectores jugamos en la noticia. Somos nosotros, y no los medios de comunicación, los que debemos juzgar la trascendencia de los hechos. También somos nosotros, y no los medios de comunicación, los que debemos formar nuestra opinión y valorar la importancia de los hechos. Y somos nosotros los que debemos seleccionar qué recordar de las noticias, dado que las consecuencias de los hechos pocas veces son inmediatas. Por ejemplo, en la década de los 80 se decidió que en España no se iban a fabricar más centrales nucleares y que la energía atómica iría desapareciendo con el paso de los años, ahora en 2021 España tiene una de las facturas de la luz más caras de Europa; si recordásemos la noticia de los 80 podríamos plantearnos si la factura de 2021 es una consecuencia de esta decisión de hace casi 40 años.

Como consejo ante una noticia, me atrevería a decir que no hay que discriminar entre los medios de comunicación, pero dude de todo lo que pueda ser opinión (declaraciones, cómo, por qué y para qué) y enfóquese en lo esencial (qué, quien y cuando). Ante una coincidencia del hecho en más de un medio, la noticia es importante. Si hay poca diferencia en la esencial, la noticia es trascendente. En ningún caso espere coincidencias (y menos unanimidad) en declaraciones y análisis, en este caso es mejor formarse una opinión.