08 marzo 2023

DEL TIO BERNI AL...

 



Asisto a la sesión de control al gobierno, un debate en donde puedo ver los hechos de primera mano y sin ningún análisis, en el que la interpretación de lo dicho y hecho la hago yo y del contexto se puede hacer una idea el que esto escribe. Y de mi análisis como espectador llego, desesperanzadamente, a la misma conclusión: el supuesto debate parece una discusión de comadres, en la que no se trata de otra cosa que hacer daño y lanzarse puyas. No se trata tanto de se mejor, sino de ser menos malo, o de hacer las cosas bien, sino de demostrar que otros las hicieron peor. Que si ante una determinada situación la acción del gobierno significa un fracaso, también hubo un fracaso anterior ante la misma situación, y en definitiva, atendiendo a intervención tras intervención, la acción de cualquier gobierno en España ha sido, y es, un continuo fracaso. 

Entre los muchos temas tratados en el día de hoy, utilizados por las comadres (¡perdón! quiero decir diputados) para echarse en cara sus malas acciones y desatinos han figurado el paro y la corrupción, en este caso personificada en el Tito Berni.

El desempleo, la altísima tasa de paro, es algo que arrastramos desde el inicio de la democracia. Ningún gobierno ha sido capaz de atajarlo, es absurdo echarse en cara ser uno más de los fracasados. Como conclusión podemos decir que cualquier gobierno de España (de cualquier signo y tendencia) es incapaz de solucionar este problema, es un desatino colectivo que sufre España y los españoles. Pero las comadres siguen discutiendo, marujeando más bien, lo que no es más que pasar el rato, distraer y distraerse.

El otro tema tratado es el del tito Berni, la actual cara de la corrupción y de nuevo las comadres se pelean por demostrar quién es más corrupto y quien lo fue, y la conclusión del espectador es que la corrupción se ha instalado en España. Las comadres no sólo no han dado una solución a la corrupción, sino que han aprendido a vivir y hacernos vivir con ella. Y uno se da cuenta de que, a lo largo del tiempo,  que la España de los titos Berni, que hay muchos, se ha convertido en el coño de la Bernarda.