02 julio 2007

DONDE LAS DAN, LAS TOMAN

Hoy El País publica que el Arzobispado de Valencia promueve la construcción de un templo, iglesia me imagino, en honor a los muertos del bando franquista. El templo va a tener el nombre de "Parroquia Santuario de los Beatos Mártires Valencianos". No me gusta como se da la noticia, no sé si los mártires valencianos fueron realmente mártires, pero el término si sugiere una muerte violenta y provocada, una ejecución. Cuando el autor del artículo se refiere a ellos como "muertos del bando franquista" transmite una benignidad hacia el bando republicano que, por supuesto, no transmite al franquista cuando se refiere a los "cientos de personas que fueron ejecutadas tras la guerra civil". No parece el artículo estar muy a favor de la construcción del templo. No me extraña y no la alento. Pero creo que esto no son más que consecuencias de la controvertida Ley de la Memoria Histórica.
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No estoy a favor de esta ley por muchos motivos, ninguno de ellos motivado por mis convicciones políticas, que no las tengo ni van más allá de una profunda aversión por cualquier miembro de nuestra clase política. No estoy a favor porque se trata de escribir otra historia oficial e igual de oscura de uno de los periodos más tragicos de nuestra historia. No estoy a favor proque sigue dividiendo a España en buenos y malos e incita a echarse en cara lo malos que fueron unos y lo peores que fueron otros. No estoy a favor porque intenta hacer de vencidos vencedores y humillar a los que la vencieron hace ya tanto tiempo sin tener en cuenta que sólo hubo un vencido: el pueblo español (y no me importa ahora quien le hizo más daño). No me gusta porque supone que corrió sangre roja y azul, que sólo hubo víctimas en un bando y que éste fue incapaz de causar ningún daño. No me gusta porque niega evidencias tales como que la mayoría de españoles sufrimos el franquismo, que en la República se quemaron iglesias y se cometieron otras barbaridades, que la guerra fue consecuencia de una cadena de asesinatos perpetrados por izquierdista y derechistas. No estoy a favor, sobre todo, porque a estas alturas no le veo más necesidad que la de apuntar un tanto al actual gobierno.
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Es triste comprobar que esta ley abre más nuestras diferencias, invita a responder al victimismo con victimismo, a la violencia con violencia y a las acusaciones con peores acusaciones. Una ley que no consigue más que cada uno endurezca sus posturas, sea mas inamovible y más conservador, reaccionario y extremista. Una ley que confirma el refrén que reza "donde las dan, las toman". Tengo la esperanza de que los españoles sepamos mantenernos una vez más por encima de las trifulcas que se avecinan.

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