16 octubre 2025

EL CUENTO DE LAS COSAS QUE SE DICEN

 

Convoca esta semana el reto juevero nustras amigas Patricia y Rosana en su blog Artesanos de la palabra, en esta ocasión se trata de escribir un relato de unas 350 palabras relacionado con cualquiera de las frases que aparecen en un sitio de instagram llamado "La gente anda diciendo". No soy asiduo a instagram ni estoy registrado en este sitio así que he tomado una de las frases que nos han colocado en su blog, que es la que ilustra este post. 

Puede consultar el resto de las participaciones en este enlace

Esta es mi propuesta:

El cuento de las cosas que se dicen


Se encontraba en la sala de espera de la consulta. Le habían citado a las 10:00 y ya eran las 10:05, llevaba quince minutos esperando, ya era mucho tiempo. Le iba a oír el doctor cuando . le atendiese.

A su mal humor se sumaba una sensación de indefensión, no se encontraba bien y no sabía lo que tenía, estaba inquieto..

A las 10:15 llamaron al doctor desde urgencias, era necesario allí por un caso de extrema gravedad. Volvió el doctor a su consulta a las 11:00 con un rictus triste. Nadie en la sala de espera se interesó por el desconocido y en los rostros se dibujaba una expresión de descontento.

El enfado de nuestro paciente iba aumentado por cada minuto que pasaba en una sala de espera cada vez más atiborrada, Sentía que, más que le faltase el aire para respirar,  los demás pacientes se lo estaban robando. No estaba contento, nada contento.

 Por fin a las 11:15 entró en la consulta.

- Perdone por la espera, un mal día. ¿Qué le duele? - Quedó así sin opción de protestar.

 - Pues nada, la verdad, es que no me encuentro bien.

- ¿Cómo que no se encuentra bien?

- No sabría explicarlo, una especie de malestar.

- ¿En dónde?

- En todo el cuerpo y en ningún lado a la vez.

- He visto sus análisis y están bien, tiene el azúcar un poco alto . En su ficha dice que es fumador....  Fume menos, coma menos dulce, ponga un poco de más verdura en su dieta y camine un poco más. Ya verá como mejora.

-  ¿He estado esperando casi una hora y media para que me diga que estoy bien? ¡Me ha dedicado menos de cinco minutos!

- El joven que ha entrado en urgencias no ha tenido que esperar porque estaba realmente mal, hemos estado haciéndole curas para que al final se nos vaya.. Créame, es mejor esperar una hora y que le dediquen cinco minutos de consulta a tener que esperar cinco minutos para que le dediquen una hora. Si es así es porque está realmente mal.

- Perdone, es que nunca estamos contentos..

18 comentarios:

Marcos dijo...

¡Hola Luferura! Haces un retrato agudo y humano de las tensiones cotidianas en una sala de espera y la perspectiva transformadora que puede surgir de un momento de confrontación. La descripción inicial del protagonista, inquieto y malhumorado por la espera en la consulta, es tan precisa que cualquiera que haya pasado por una situación similar se sentirá identificado. La mención de los quince minutos que, para él, ya son "mucho tiempo", y su creciente sensación de indefensión capturan perfectamente esa mezcla de impaciencia y ansiedad que se acumula en un entorno médico. La atmósfera de la sala de espera está muy bien lograda: el descontento colectivo, la sensación de que los demás pacientes "le roban el aire", y la falta de interés por el desconocido caso de urgencias pintan un cuadro realista de cómo el malestar personal puede nublar la empatía. El detalle del doctor regresando con un "rictus triste" tras atender una emergencia añade una capa de humanidad al personaje, que contrasta con la frustración del protagonista, quien está demasiado inmerso en su propio enojo para notarlo.
Te felicito

Susana Moreno dijo...

Es verdad. La verdad es que nos falta empatía. Un beso

LUFERURA dijo...

Muchísimas gracias Marcos, como siempre tu valoración supone un plus al texto.
Un saludo.

LUFERURA dijo...

Resulta muy difícil conformarse.
Un saludo

María dijo...

Pues qué bien que te digan que estás bien, y que haga esas recomendaciones. Lo que pasa que no hacemos caso a nada y luego que nos ponemos malos. De todas formas, somos muy exigentes. Y en nada queremos entrar a los sitios. No nos damos cuenta que puede haber urgencias, como en este caso, que necesitan atención urgente. Pero lo que pasa que cada uno cree que lo suyo es lo peor. No nos ponemos en el lugar de los demás. Y somos unos impacientes. Los médicos tienen que estar hasta las narices de tanto paciente que no sabe más que quejarse. No me gustaría estar en su lugar.

Buen relato juevero, LUFERURA, yo esta vez no he participado, lo he visto algo complejo.

Un saludo.

LUFERURA dijo...

Muchas gracias María, la idea es que pocas veces estamos satisfechos con nuestra vida, aunque tengamos razones para ello. Todo es relativo los hay que están peor y mejor. Pero siempre nos fijamos en los unos y se nos olvidan los otros. Pocas vecesreflexionamos de lo muy o pco grave que estamos.
Un saludo

Somos Artesan@s de la Palabra dijo...

Estar en una sala de espera médica es difícil, por más que tengas turno siempre toca esperar, ni hablar si estás en un hospital.
Me gustó tu historia y como la fuiste desarrollando, muchas gracias por participar de nuestra propuesta, un abrazo.
PATRICIA F.

Roselia Bezerra dijo...

Olá, Luferura!
A insatisfação reina nos corações que mais têm as coisas...
Infelizmente não se valoriza o que se tem, que é muito em vista de tantos outros desprovidos do mínimo.
Um conto que exemplifica bem o mote da sua escolha.
Tenha dias abençoados!
Abraços fraternos

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Es que hay que aprender a cambiar de perspectiva. Si nos enfocamos en ver la realidad desde un punto de vista sesgado y egoísta siempre encontraremos motivo para sentirnos insatisfechos y maltratados. Un texto reflexivo, luferura. Un abrazo

LUFERURA dijo...

Hola Roselia,
Tienes toda la razón, en ocasiones nos resulta igual de fácil conformarse que quejarse. Por supuesto todos podemos quejarnos y se nos olvida que también tenemos motivos para estar satisfechos.
Un saludo

Olá, Roselia,
Você tem toda a razão, às vezes é tão fácil nos acomodar quanto reclamar. Claro que todos podemos reclamar e esquecemos que também temos motivos para estar satisfeitos.
Tudo de bom

LUFERURA dijo...

Muchas gracias Mónica. Poco más que decir excepto que tienes toda la razón.
Un saludo

LUFERURA dijo...

Hola Patricia,
No es agradable estar en una sala de espera, pero todo es relativo ya que hay cosas peores. Muchas gracias por tu cometario y siempre es un placer paticipar en la convocatoria, si hay algo que siento es no haberla descubierto antes.
Un saludo

Tracy dijo...

Fantástico!
Vaya reflexión que no dejas para el fin de semana.
Es digna de meditar.
Un abrazo

LUFERURA dijo...

Hola Tracy,
Muchas gracias por tu comentario, Que lo consideres digno de meditar es un motivo de orgullo.
Un saludo

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Creo que también daba para la frase sobre el azúcar. ¿Por qué lo que sabe bien suele ir contra la salud?
Saludos.

حزقيال dijo...

Muy buena la historia un gran aporte para la convocatoria. Has recreado lo que se siente en las salas de espera, quien no ha tenido que esperar más de la cuenta. Muy bueno el final.

Qué tengas un buen día!
Saludos

LUFERURA dijo...

Pues no se me ocurrió la frase del azúcar, pero tienes razón. Habría costado un trabajo encasquetarla por la extensión de 350 palabras. Y lo que sabe bien lleva al exceso y de ahí que acabe influyendo en la salud.
Muchas gracias por el comentario.
Un saludo.

LUFERURA dijo...

Me alegro que te guste el final. No es grato esperar, pero es tan fácil consolarse como indignarse. A veces es bueno adoptar una "configuración maleta". Muchas gracias por el comentario.
Un saludo