15 octubre 2025

LA OPOSICIÓN

La oposición.

 


España ha sufrido en las últimas legislaturas a los tres peores presidentes del gobierno de su democracia. Pongan el orden que quieran, pero en mi opinión han sido los peores. No deja ello en muy buen lugar a la oposición, los últimos tres cambios de presidente se debieron más a la decepción provocada por el gobierno de turno que a la alternativa brindada por la oposición, algo que también resultó ser un espejismo. Zapatero se vio como presidente como consecuencia de “no nos merecemos a un gobierno que nos miente” (cómo han cambiado los tiempos), Rajoy logró, y dilapidó, una mayoría absoluta cuando el gobierno socialista iba a la deriva en medio de  una crisis económica que había negado. Sánchez se alzó como paladín contra la corrupción en una moción de censura y tras pactar con todo aquel que anunció que no iba a hacerlo y comprometerse a hacer lo que antes prometió que no iba a hacer. Demuestra su persistencia que no hay una buena oposición durante las últimas legislaturas.

Recordaba Luis Ventoso a Núñez Feijóo en El Debate hace unos días que “Ay. ¡Qué gran visión!” en la que afeaba al dirigente popular su postura con respecto al aborto. Pero, personalmente, lo que más me llamó la atención es el anuncio de esa de declaración de Don Alberto de que él no está para “levantar banderas morales que dividan a la sociedad”. Creo que un gobierno tiene que levantar banderas morales y tienen que atender a una ética, de lo contrario el PP se limitará a hacer eso que hace tan bien que es gestionar y ponérselo bien al próximo que venga. Queda claro también que el Partido Popular anda un tanto desorientado y que su brújula está marcada por los constantes escándalos del Partido Socialista. No es de extrañar que el primero no suba en la intención de voto y resulta misterioso que el segundo se mantenga e incluso suba en las encuentas (sobre todo en las del CIS).

Y creo que ese desnortamiento que padece el PP le está obligando a comportarse de una manera errática procurando poner la proa al PSOE y contentar al electorado de éste partido al mismo tiempo. Y creo que no entiende que hay que tener en consideración dos claves a las que no presta mucha atención.

La primera es que no se trata de captar antiguos votos socialistas, sino de convencer de que la alternativa brindada es la mejor, que inspire más confianza que ese manido temor a la derecha extrema y la extrema derecha. Se trata de que haya políticas nacionales y una sociedad menos convulsa y se puede conseguir levantando y, sobre todo, respetando banderas morales.

La segunda es entender que la ética de nuestra sociedad es la que se se somete al juicio de los españoles. Podemos admitir un cambio en nuestra forma de concebir las cosas en veinte años en que hemos pasado del “no nos merecemos un gobierno que nos miente” a un concepto de “el gobierno que se más se merece España es el que más miente”. Cuando se anuncia que no se van a levantar barreras morales se está negando a la sociedad a abordar este juicio. Sobre todo nos niega la posibilidad de cuestionar a un presidente sobre si usted se comprometió a algo porqué hace lo contrario.

En realidad la oposición, como toda la sociedad, está empezando a admitir lo vacío de los programas de cada partido. Empieza a asumir que sus votos no hacen más que asegurar una poltrona y que gane quien gane unas elecciones, el votante es el eterno perdedor. Ninguna oposición es capaz de romper esta tendencia.   

2 comentarios:

María dijo...

Qué razón tienes en lo que dices, que han sido los tres peores presidentes. Yo también estoy de acuerdo. A ver si la próxima sale uno decente.

Un saludo.

Susana Moreno dijo...

Mientras no tengan principios no cambiará nada. Un beso