11 septiembre 2025

¿DEPORTE?

¿Deporte?


Me imagino que ya sabrán que la Vuelta Ciclista está sufriendo un acoso por haber en el pelotón un equipo israelí, el Israel Premier Tech, cuya participación ha indignado a los pro-palestinos. Este acoso ya ha conseguido la anulación del finales de etapa y la modificación de otras como nos anuncia hoy Víctor Martín en La Razón en un artículo que lleva por título "La Vuelta recorta a 12 kilómetros la contrarreloj de Valladolid "por seguridad"". Terminar la Vuelta es ya un problema menor, la seguridad de los participantes es prioritaria por lo que el deporte, en este caso el ciclismo, pasa a un plano ínfimo. Este acoso hace que los ciclistas tengan que improvisar, aún más, sus estrategias. Terminar esta prueba ciclista va a tener más mérito que nunca a la vez que la victoria puede estar más desvirtuada. Una vez más el espectáculo está fuera del del deporte, un ciclista espera ánimos y no abucheos. El esperpento hispano puede alcanzar las máximas cotas toda vez que se puede sancionar a un espectador que esté fumando un cigarrillo mientras que un manifestante pueda derribar a un deportista en un acto de libertad de expresión.

La libertad de expresión es sagrada, pero el boicot no es expresión, es imposición. Asistimos a una España que cierra estadios e impones sanciones por insultar a un jugador de fútbol pero es incapaz de tomar medidas cuando los insultos, que también pueden ser de odio, se dirigen a los ciclistas. No creo que la Vuelta Ciclista a España llegue a cumplir su centenario, puede que el boicot lo hagan los ciclistas y equipos el año que viene. En mi opinión éste es el segundo mazazo que recibe una prueba que estaba disputándose el prestigio con el Giro de Italia, el primero fue hace algunos años con el cambio de la prueba en su calendario y mientras que la inseguridad que provoca este intentos de boicot supone un segundo golpe. Ya veremos cuantos ciclistas están dispuestos a darse una paliza el año que viene.

No negaré que los palestinos están siendo sometidos a un castigo insoportable, su defensa no puede llevarnos a una falta de reflexión. No se puede generalizar ni con los palestinos ni con los israelíes. En los niños palestinos hay que incluir a aquellos con doce años que apuñalan a los soldados judíos y los de catorce o dieciséis años que su máxima aspiración es empuñar un kalashnikov y matar algún judío. También hubo palestinos que aplaudieron y aplauden la muerte de israelitas, como hacen y justifican en España muchos propalestinos. Creo en los derechos de los palestinos pero no estoy dispuesto en que mi apoyo a que alcancen una situación justa me haga perder la cabeza y justificar las barbaridades que puedan perpetrar o las que se hagan por su causa.

¿Cómo hemos llegado a esta situación? Primero hay que estudiarla y saber sus causas, tomar una posición en base a lo que nos han contado. En mi opinión a Israel se le entregó un territorio que dejó de ser judío en la época del emperador Vespasiano, un territorio que ha pasado por muchas manos hasta 1947 que en ese año se le llamaba Palestina. Las Naciones Unidas resolvieron crear una nación basándose a partir de una descolonización británica que cedió ante un acoso terrorista projudío. En definitiva, el sentido común se ha perdido en Oriente Medio hace casi setenta años. No lo perdamos por su culpa en una España que, por cierto, no reconoció el Estado de Israel hasta después de morir Franco.    

2 comentarios:

Susana Moreno dijo...

Un buen análisis. Los judíos confunden la justicia con la venganza. Un beso

Buscador dijo...

Era solo un comentario.
Creo que se llama Hamas el grupo de los Palestinos que llevan a esta guerra junto a Israel. Yo, viendo de vez en cuando la tele, me pregunto si no son mas asesinos los de Hamas permitiendo ver masacrar a su gente de esa forma tan barbara. Te repito que puedo meter la pata pero llevo unos días pensando en lo mismo.
Un saludo