Somos más bien raros.
Se cumplen hoy los cien años del Desembarco de Alhucemas, todos los medios de importancia, excepto El Mundo han hecho una referencia a esta acción entre las que podríamos destacar que es el primer desembarco aeronaval de la historia, y que fue un ejemplo para el desembarco de Normandía, algunos analistas militares aportan la novedad de que el desembarco se hace en una playa rompiendo la antigua doctrina de tomar una ciudad portuaria para que el grueso de la fuerza desembarcase en él. En muy pocos lados se hace la referencia de que es la última gran victoria española (creo que las batallas de la Guerra Civil no se pueden contar como victorias).
A lo largo de la historia ha habido muchas batallas saldadas con victoria, desde la batalla de Bicoca, que ha sido origen de un dicho popular, hasta la de Alhucemas, pasando por las de Garellano, Pavía, San Quintín, Lepanto, Nordlinga, o Bailén entre muchas. Pero preferimos recordar Rocroi o Annual. Somos así. En el año 2005 el Ministerio de Defensa organizó la conmemoración de los doscientos años de la Batalla de Trafalgar, una derrota. En el 2008 con motivo del bicentenario del alzamiento de Madrid e inicio de la Guerra de la Independencia el 2 de mayo, sofocado a sangre y fuego en otra derrota, se celebró con la publicación de multitud de artículos, documentales y, al menos, dos libros. El bicentenario de la Batalla de Bailén, primera derrota de un ejército francés, pasó inadvertida fuera de la ciudad de Bailén.. Cataluña cekebra su Diada conmemorando una derrota- Está claro: preferimos celebrar las derrotas.
No es sólo eso, padecemos también de un revisionismo histórico que nos lleva a restar mérito a las victorias, incluso parece que de algunas nos arrepentimos, vean si no los juicios que se hacen de la batalla de La Navas de Tolosa, en que parece que unos bestias castellanos se impusieron a unos refinados y cultos almohades que, a poco que se estudie, podían tener más refinamiento, pero gastaban la misma brutalidad que los cristianos y un poco más de fanatismo. También intentan explicarnos que la batalla de Lepanto no fue para tanto cuando, la realidad histórica nos dice, que terminó con el poder de la flota turca en el Mediterráneo. Además los escribanos de entonces se encargaron de archivar y contabilizar exhaustivamente cada batalla los mismo que hacía la Inquisición.. Hay suficientes archivos todavía, pero durante muchos años hemos tenido la tendencia de dejar que otros nos cuenten nuestras historia y hemos estado dispuestos a creer más a sus panfletos que a nuestros archivos, sólo así se explica que aún haya personas convencidas de la Leyenda Negra. Queda más claro todavía; No es que prefiramos celebrar las derrotas, es que rechazamos nuestras victorias.
También celebramos alguna que otra metedura de pata. En Aranjuez celebran el motín que acabó con el válido Godoy y con la destitución del Rey Carlos IV. Los archivos nos dicen que al ministro y la España de entonces le venía grande y no podía lidiar con los problemas que acuciaban a España, era evidente en marzo de 1808 que la península estaba siendo invadida y las intenciones de la familia real era hacer lo mismo que hizo el rey de Portugal: irse a América, el motín celebrado frustró este intento y facilitó el rapto de los borbones en Bayona. Pero se celebra una insurrección que no aportó nada a España, ni siquiera a Aranjue . En fin si tenemos un motivo de fiesta pues vamos a celebrarlo.
Que no les sorprenda, rechazando victorias y celebrando derrotas y meteduras de pata no es de extrañar que hoy perdamos nuestras batallas más importantes, Estamos perdiendo en la lucha contra el paro, contra el narcotráfico, contra la inmigración ilegal y, en definitiva, contra la estupidez.
No les extrañe que en el futuro haya quien celebre estas derrotas como victorias..pero serán otros. ,
1 comentario:
Los historiadores modernos quieren destacar a cualquier coste. Un beso
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