Nos convoca este jueves nuestra amiga Mónica desde su blog Neogéminis con un reto gramatical al que ha denominado “Lluvia de esdrújulas” en el que tiene que haber una presencia determinante de la lluvia en el que hay que utilizar de forma coherente el mayor número de esdrújulas, esas palabras de tres o más sílabas que se acentúan antes de las dos últimas silabas y siempre llevan tilde. Mi aportación consiste en
La parábola del sapientísimo filósofo.
Desde pequeño disfrutó de la lectura y se dio cuenta de que el conocimiento, como la lluvia iba calando en su ser. Las primeras gotas fueron los cuentos fantásticos para pasar a los relatos históricos, empezó por las tierras mesopotámicas para llegar a los clásicos que dominaron el Mediterráneo, continuó con los bárbaros, fundamentalmente los ostrógodos. Pero se conformó con visitar la ruinas de Recópolis. Siguió leyendo y supo de las invasiones árabes, y de cómo la dinastía macedónica en Bizancio luchó contra ellos y los búlgaros. Aprendió que la Edad Media terminó con el descubrimiento de América tras cruzar el Atlántico y que se abrió un periodo en que los hombres surcaron el Pacífico, el Índico, el Ártico y el Antártico en busca de los los confines más recónditos del globo, una idea hoy se mantiene con el sueño de descubrir las infinitos páramos de la Vía Láctea. Siempre una lluvia de hechos y consecuencias que más parecían una tormenta.
En la universidad estudió temas políticos y científicos, la lógica de las matemáticas, la física y la química chocaban con las locuras de los primeros. A pesar de todo se perdía con el ánodo, el cátodo y las incógnitas eléctricas. Por eso trasladó sus aficiones a la música, para confesarse que no servía ni para tocar un xilófono en una orquesta sinfónica, o filarmónica. Se aventuró en la arquitectura, la pintura y la escultura y disfrutó del románico, el gótico y, sobre todo, del neoclásico. Con la adolescencia disfrutó de los románticos. y la lectura de Fausto le hizo meditar sobre el pacto del protagonista con Mefistófeles y así comenzó con sus pensamientos filosóficos sobre el género humano. Los datos, las fórmulas y las inquietudes eran un chubasco continuo y abundante que no satisfacían en nada sus ganas de solución.
Y concluyó que la constante humana es la búsqueda en medio de un diluvio de algo parecido a una brújula que le permita encontrar su espíritu y que por ello intentan aumentar el conocimiento para conseguir lo óptimo aplicándolo con la mejor intención y obteniendo pésimos resultados, Que los humanos son trágicos, cómicos y dramáticos a la vez, algo único. Un ser capaz de desenvolverse en los ambientes aéreo y marítimo al que le resulta imposible vivir con otros como él Lo último que dijo tras una vida de estudio fue “somos cándidos, un fracaso tan mayúsculo como esdrújulo., nunca escampará “
5 comentarios:
Liferura, foi uma belaparticipação com esse mergulho na história, passando pelas terras da Mesopotânia e seguindo em busca de conhecimentos que aqui repartes.
Parabéns! abraços, chica
Acabo de comentar a Tracy y me pareció genial su idea y ahora leí tu entrada y ya me dejas muerta
Felicitaciones por tan buena entrada , donde no solo hay esdrújulas sino un nivelazo de historia
Gracias, un abrazo, feliz resto de jueves
Hola Chica,
Muchas gracias por el comentario. Me alegra de que te haya gustado, mi principal intención es dar aentender que, a pesar del conocimiento, no vamos a ninguna parte.
Un saludo
Olá Chica,
Muito obrigado pelo seu comentário. Fico feliz que tenha gostado; minha principal intenção é transmitir a ideia de que, apesar do nosso conhecimento, não estamos chegando a lugar nenhum.
Atenciosamente,
Hola Campirela
Muchas gracias por el comentario y que te deje muerta porque te ha gustado y no por lo contrario. Mi intención era dejar patente que no vamos a ninguna parte...
Un saludo.
Muy bueno. Tiene mucho sentido. Un beso
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