Normativa recaudatoria.
Pues hoy, como tantos día y tanta gente, he tenido la obligación de desplazarme en coche de un lugar a otro. Pese a la atención que exige la carretera no he podido evitar que de vez en cuando me plantee varias cuestiones que sirven de entretenimiento. Hay múltiples avisos (llamenlo señales) a lo largo de la calzada, ya sean verticales o pintados en el suelo, usted está continu8amenete recibiendo información e instrucciones a lo largo de su ruta, desde la velocidad que debe mantener hasta si puede o no adelantar o que si toma el próximo desvío llegará hasta Móstoles y no hasta Alcalá, por ejemplo.
Parece ser que es mejor poner una señal avisando que el firme está en mal estado, que hay socabones o que te puede caer una piedra desde el cielo a poner el firme en buen estado, rellenar esos baches o evitar que una avalancha de piedras te caiga desde arriba. La medida tiene la misma efectividad que si yo pusiese en la ducha de mi casa un aviso advirtiendo que no hay agua caliente. Es un consuelo saber que estaba advertido si tengo un accidente porque el firme está en mal estado, que reviente una rueda por coger un socabón o que me caiga una piedra de un desprendimiento, en todo caso la culpa será mía. Y precisamente ahora me quieren cobrar un peaje por uso de esas infraestructuras, “el que las utilice que las pague” me dicen, de la misma forma podría ponerme yo en mis trece y exigir , por ejemplo, que el que utilice un falcon que lo pague.
Pero cuando uno se viene a encontrar que la velocidad máxima a la que se puede circular por España es la de 120 kilómetros por hora uno no deja de preguntarse cómo es posible que un gobierno que tanto gusta de intervenir en todo y cuidar de nuestra salud, prevenirnos peligros y que esté dispuesto a prohibir los combiustibles fósiles,. No se le haya ocurrido imponer a los fabricantes una limitación máxima de velocidad en los coches (una más entre tantas) y se permita imponernos esta limitación a los conductores. Alguna víctima de la estupidez natural que se niega a utilizar cualquier clase de inteligencia (ya sea la escasa natural, la de sus asesores o la artifial) propone que las multas sean progresivas y que los ricos paguen más. Considera así que un pobre a 160 kilómetros hora merece pagar menos que un rico a la misma velocidad, como si la falta fuese más grave en el segundo que en el primero. El magín de las estupideces rinde más que el de las buenas ideas.
Y sólo se me ocurre un motivo para que un gobierno tan celoso de nuestra salud y cuidado como es el progresista que disfrutamos no intervenga en este sentido. Es mejor recaudar con multas, es mejor ponerselo difícil al conductor y pillarle. Y sobre todo es mejor avisar que reparar. Como que si usted se encuentra un cartel en un aparato que ponga “NO FUNCIONA” esté ya arreglado y además tenga que pagar una multa si al leer ese cartel ha pretendido que funcione.
Así es la vida hoy....
2 comentarios:
Pienso exactamente lo mismo. La responsabilidad es suya, no nuestra. Un beso
Desde luego la de las infraestructuras si y creo que las pago de diversas formas para que impongan un extra.
Un saludo.
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