06 diciembre 2006

FELIZ CUMPLEAÑOS

Hoy nuestra Constitución cumple 28 años en un ambiente crispado, celebrándose una fiesta oficial, pero no cordial. Las Constituciones en España no han durado mucho, su aplicación ha sido muchas veces efímera, todas tienen el denominador común que han sido más que una declaración de intenciones, derechos o deberes, una expresión de alegría e ilusión. La interpretación positiva de este 28 cumpleaños es que nuestra actual Constitución no ha resultado ser tan breve como las anteriores.
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Pero es evidente que no todo es felicidad, resulta paradógico ver que los que más se han beneficiado de la Constitución son los que más la vilipendian y menos la respetan: los nacionalistas. Y creo que si algo merece es respeto, ya que es una expresión de la voluntad de los españoles, que ampara a todos por igual y a los que une en unos principios. Es algo más que un documento, la ley de primer rango o la carta magna. Es la base de nuestra convivencia y el punto de partida hacia nuestro futuro. Tiene defectos, pero no lagunas. Dice las cosas muy claras, de forma que toda interpretación, lectura o relectura acabará pareciendo interesada. Puede que necesite cambios o enmiendas, pero todos entendemos cual es el fondo y cual es la forma. Tampoco se entronca en la Constitución de 1931, por mucho que lo deseemos, entronca con todas las constituciones habidas, tomando lo mejor de cada una y añade lo que es necesario para garantizar lo que las otras no hicieron, convivir todos con todos.
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Por eso hay que reconocer que lo mejor de la Constitución es que ha sido fácil de entender y aplicarse a una sociedad que en 1978 era madura, había protagonizado una transformación radical y pacífica que nos hizo pasar de ser una dictadura inmovilista a una democrácia dinámica. Progresamos todos y sin necesidad de progresistas. Ahora parece que estamos yendo hacia unas reformas que no convence, alguien tendría que recordar ese dicho de "si funciona, no lo arregles". El caso es que lo que parece no funcionar son ciertos estatutos, parece que necesitan ser cambiados y parece que para ello hay que reformar la Constitución que si ha funcionado. Extraño país.
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Pero lo que más me gusta de la Constitución es que resulta acentuar aquellas cosas que nos unen, bandera, castellano, monarquía y respetar aquellas que nos separan, estableciendo unos límites, como pueden ser catalán, vascuence y gallego, autonomías y radicalismos. Y es que según la Carta Magna tan bueno es el nacionalismo catálán, como el español, tan bueno es sentirse vasco , como español. No establece diferencias entre las autonomías y España, sino que las considera en su relación con el resto de España.
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Ahora hay quien habla de reformarla, de esperar el momento preciso, hacerlo cuando llegue la oportunidad política. Y es que todo, absolutamente todo, se politiza y en este mundo tergiversado no cabe la Constitución, habrá que reformarla para no tener problemas con los Estatutos, con que sea reina una mujer, pero olvidamos que las reformas que pueda haber aunque cambién en la forma, equiparando a hombres y mujeres que ya lo están, en el fondo provoque un cambio que diferencie más a los ciudadanos.
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Ahora me voy a brindar por ella, recordaré que la celebramos un seis de diciembre porque fue cuando se votó, no se celebra cuando se sancionó, porque se hizo un 29 de Diciembre, y no se hizo el día anterior para evitar que fuese denominada "La Inocente". Ha estado muy mimada, pero se lo merece.
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Para tener una mejor opinión:
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