15 septiembre 2008

RETRATO DE MISS DOLLY EN EL "STAR"




Dicen las malas lenguas que el pintor tuvo un affaire con cada una de las mujeres a las que pintó, es difícil de creer. Lo que si es verdad es que recurrió al buen gusto para hacernos apreciar los encantos de un mundo tan lejano a la moral de aquel tiempo como era el cabaret. Cartelista de diferentes salones y artistas, no se conformó con los dibujos propagandísticos sino que representó el espectáculo completo, las actuaciones y los camerinos. Por eso podemos apreciar las diferencias entre el reclamo para asistir al teatro cuando canta Jane Avril, al los cuadros del espectáculo de la misma cantante que refleja el tedio por tanta representación o a la salida de la artista del escenario con un rostro demacrado y cansado. Las vedettes y bailarinas durante las esperas o las prostitutas durante la busca o el reclamo tampoco escapan a su pincel, se nos presenta el mundo del lesbianismo con toda su crudeza, pero no podemos dejar de apreciarlo ni evitar que nos gusten los cuadros. Tampoco hay que olvidar su faceta de retratista que en muchas ocasiones dibujará exteriores y que cuando se enfrente a un modelo de rostro poco agraciado recurrirá a una especie de caricatura.
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El cuadro de Miss Dolly, también conocido como "La inglesita del Star" refleja algo diferente, más ternura de la habitual, quizás porque sólo es una camarera que le sonríe. Porque el artista, fuera de su sopor alcohólico y con su síndrome de abstinencia, se ilusiona en despertar simpatía en la camarera en vez de pena. Siempre podemos evocar historias al ver un cuadro e imaginarnos la vida del retratado.
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No es un retrato de encargo y la chica sólo tiene desnuda su cara, ni se insinua ni ofrece más que una sonrisa. De ella sabemos que era inglesa, se llamaba Dolly t trabajaba en el Star, un hotel (o taberna, o restaurante, o café) de El Havre.
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Henri de Tolouse Loutrec pintó este cuadro durante un intento de cura de desintoxicación, nunca sabremos si su deformidad es lo que le hizo ser alcohólico y un gran pintor, si lo uno fue unido a lo otro. Nunca podamos decir que gracias a su enanismo fue pintor. Son esas cuestiones que hay que dejar a los psicólogos. Nosotros los tristes y comunes mortales tenemos la oportunidad de apreciar sus pinturas y dibujos.


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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos los genios que en el mundo han sido, y Toulouse-Lautrec lo era, han estado marcados, más o menos, por un fatum trágico y por un alma atormentada que jamás concede treguas. El dolor, la desgracia y la adversidad estimulan el genio en un intento supremo de destacar en una Humanidad que te ha dado la espalda y de la que pretendes arañar, al menos, unas migajas de inmortalidad.

Anónimo dijo...

Dicen que los grandes artistas se han convertido en grandes después de una gran desgracia personal. Dicen que los hombres hundidos valen más artísticamente hablando. Y, la verdadm, creo que ésos rumores pueden ser muy ciertos.

Aquí te dejo la dirección de mi blog...
http://dondenoexistesilencio.wordpress.com/

Anónimo dijo...

¿Por qué los genios tendrán que sufrir tanto para que los demás podamos disfrutar?

colombine dijo...

muy buen artículo Luis..espléndido...

Y de lo que dices de Carroll , estamos de acuerdo, ..está claro que lo fue ...porque ser pedófilo no implica necesariamente abuso sexual...

un beso, y me ha alegrado mucho tu visita..

armando alonso dijo...

Me ha gustado mucho tu artículo. Conocía la perra vida que le tocó vivir a Toulouse Lautrec. Un amigo mio, pintor y francés también como él,Gérald Mas, me contó muchos entresijos de la vida de este genio. Yo no entiendo de pintura, pero me emociono con los cuadros de Toulouse Lautrec. En mi opinión, para percibir un arte, para emocionarse con él, no hay que entender. Si además entiendes, mejor.
Un abrazo.