17 noviembre 2006

INTERVENCIONISMO PROGRESISTA

Estoy de acuerdo con Don Carlos Herrera y me gustaría ampliar un poco más en cuanto mi opinión sobre éste intervencionismo ridículo al que podemos calificar de progresista. Es socialista intervenir en la salud de los ciudadanos evitando la promoción de gustos viciosos, en éste sentido no está de más prohibir la publicidad de tabaco, alcohol y ciertos alimentos (aunque deberían ser todos). Quizás no esté de más regular dónde se puede o no fumar y si hay que vetar la entrada a menores. ¿Por qué sólo con el tabaco? Tan perniciosa es la ingesta de alcohol, el fumar haschís o marihuana, el esnifar cocaína, tragarse una pastillita o inyectarse heroína, y quizás provoquen más trifulcas y accidentes que fumarse un cigarrillo en el despacho.
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Creo que la propaganda nacionalsocialista también promovía el cuerpo sano y el consumo de alimentos saludables, también lo hacían las democracias y los antiguos países comunistas. Cuando se colaba algo que no era saludable, simplemente se anunciaba que no era aconsejable su consumo, pero no se prohibía su publicidad.
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La verdad es que esta intervención es inquietante. No sólo por el hecho de prohibir cierta publicidad que considera que fomenta el consumo de algo que alimenta y engorda. Sino porque consigue el efecto contrario al deseado, ahora más gente conoce las famosas XXL. Este hecho, alborotarse a nivel nacional por un anuncio, sólo puede tener dos propósitos. El primero es ser una cortina de humo, algo con que nos suele obsequiar éste gobierno prograsista cada par de meses sin más propósito que parecer un dinámico protector, es la única forma de apuntarse algún tanto en el haber de su gestión. La segunda intención es el comienzo de la única medida restrictiva que conoce y que consiste en aumentar los impuestos para disuadir a los consumidores de tan insanos productos. No se consigue con el tabaco, ni probablemente se consiga con las hamburguesas, pero la fórmula "a la vez que te envenenas nos enriqueces" es francamente beneficiosa para el estado.
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Esta doble moral ha sido mantenida por todos los gobiernos de todos los países, la diferencia que hay en éste gobierno progresista es que más que una regulación antitabaco o de consumo se está imponiendo una ley de educación para fumadores u consumidores. Sin embargo, y como bien dice Don Carlos Herrera se inhibe ante el botellón, que puede causar más perjuicio que dos personas fumando en una habitación. También se inhibe en lo que se refiere al consumo de drogas ejerciendo una postura realmente progresista: permisividad de nuevos vicios, intolerancia a los viejos. Al final va a haber vicios de derechas y de izquierdas.
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También podríamos pedir, y sólo por recibir un buen ejemplo, que los miembros del gobierno intentasen dar una imagen más saludable: El señor presidente con los pies en la tierra, la señora vicepresidenta más rellenita (quizás a costa de la señora ministra de Medio Ambiente). Pero no quiero resaltar los defectos sociales que puedan parecer tener o no, yo soy gordo, fumo puros y adoro la cerveza, creo que esto me convierte en un contribuyente estratégico para la economía española.
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Con respecto a la situación actual, estoy convencido de que el pueblo español ha demostrado en numerosas ocasiones su madurez. Creo que el gobierno progresista se esta empeñando en demostrar con muy buen talante, eso sí, que nuestra capacidad para el trágala es impresionante.
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